El arcón de Davy Jones
La noticia de esta semana se la voy a dedicar a Álvaro, habitual de este blog, que me lanzó el anzuelo para pescar el tema del arcón de Davy Jones.
Existen muchas leyendas referentes a la mar, y supongo que en gran medida debido a que los hombres siempre han tenido gran fascinación por este medio y por lo dura que es la vida en él.
Una de esas leyendas se remonta al siglo XVII. Algunos marineros creían de forma supersticiosa en un espíritu maligno de las profundidades del océano llamado Davy Jones. Todos las gentes de mar, sin exenciones, ni de la OMI ni de Publio (para entender esta frase se tiene que haber asistido a la conferencia de esta semana en Exponav), trabajadores del mar de aquella época, le rendían pleitesía. Incluso los otros seres malignos del océano, también se rendían ante él.
Este espíritu maligno hacía aparición después de las tempestades y naufragios, por lo que, para los marineros de esa época, Davy Jones encarnaba toda la maldad que la mar podía ofrecer a sus invitados.
El reino de este espíritu abarcaba toda la mar. Se creía que en alguna parte de su dominio tenía un gran arcón donde guardaba todo lo que apresaba. En ese sitio habría todo tipo de cosas, desde oro y barcos, hasta cadáveres. Las almas de los muertos que terminaban en ese arcón también le pertenecían a este espíritu.
Por ello, cuando un marinero moría ahogado en la mar, se decía que había ido a parar al cofre de Davy Jones.
Se escribió mucho sobre este espíritu y muchas novelas lo incluyen en sus historias, como es el caso de Moby Dick; aunque seguramente, quien más fama le dio, fue la saga de Piratas del Caribe. En estas historias se utiliza la expresión “irse a Davy Jones”, en varias ocasiones, como sinónimo de “irse a pique”.
La naturaleza de este ser no está demasiado clara. Para algunos es la simple encarnación del demonio, en tanto que otros piensan que es un viejo pirata condenado por el diablo a vivir en el fondo del mar como un cruel castigo, por alguna fechoría realizada. No obstante, la historia que parece más verídica cuenta que Davy Jones debe su existencia a las leyendas de marineros y piratas.
Se cuenta que la bella y caprichosa diosa del mar Calipso y él, se habían enamorado. Tanto fue su amor, que el pirata y bandolero Davy Jones, como prueba de sus sentimientos y de su vinculación al mar, aceptó realizar una de las obligaciones de la diosa, consistente en guiar a las almas que perecían en la mar hacia su descanso.
Este hecho implicaba no poder pisar tierra firme más que una vez cada diez años, pero Davy Jones asumió esa carga bajo la promesa de Calipso de que se verían cumplido el periodo y disfrutarían así eternamente de su amor. Sin embargo, la diosa, traicionera y peligrosa como el mar, no cumplió su promesa y Davy Jones, presa de la humillación y un tormento insoportable, se arrancó el corazón y lo escondió allí donde Calipso jamás pudiera llegar.
Liberado de sus sentimientos decidió vengarse de ella y se volcó al mal, dejando de cumplir la tarea que le había sido confiada y permitiendo por ello que las almas de los marineros a los que él había dado muerte sirvieran sin descanso bajo su mando.
Con respecto al origen del nombre, podría provenir de duffy. Este nombre designaba a un espíritu marino de la tradición caribeña, que procedía de las regiones y tradiciones africanas. Para otros podría ser una forma deformada por el tiempo de la palabra inglesa devil, en castellano, el diablo. Y con respecto al nombre Jones, vendría del célebre personaje bíblico que fue engullido por una ballena, Jonás.
Así, la leyenda de este espíritu pudo recorrer durante mucho tiempo los puertos del mundo, desde el Caribe hasta Europa.
2 Responses
[…] y sanguinario. Es un relato envuelto en un halo de leyenda, comparable a la del mismísimo arcón de Davy Jones (ya conocido por este Blog Naval). En Galicia tenemos playas, montañas, lugares de ocio y de […]
[…] ficción, y cómo no, también se le confunde en la saga de Piratas del Caribe, con el ya conocido Davy Jones. Y, por cierto, el del Holandés no es el único espectro marino. En 1949 se estimaba que había […]