El Astillero de los señores Vila, la fragata Villa de Neda y los esclavos gallegos de Feijóo en Cuba
El astillero Vila fue construido en el año 1846 por una naviera de Ferrol llamada Abellá, Braña y Compañía, que adquirió unos terrenos en la Villa de La Graña (Ferrol) y estableció un pequeño astillero en la playa del Reverbero. Hasta 1858 se construyeron las siguientes fragatas: Breña, Abella y Villa de Neda.
Esta última, va a ser la protagonista indirecta de la historia de esta semana. Quiero destacar que el señor Vila murió en 1874, cuando se aproximaba el proyecto de iniciar la construcción de buques de hierro. Sin embargo, al pasar el astillero a sus herederos, los trabajos se paralizaron, aunque sus hijos finalmente adquirieron también el Astillero de la Cabana, todavía visitable.
Otro de los protagonistas de la historia que nos ocupa; gallego, militar y diputado a Cortes por la provincia de Ourense, se llamaba Urbano Feijóo, y últimamente ha pasado a ser conocido para muchos, por unos reportajes aparecidos en la Voz de Galicia. Feijóo destacó por advertir, que, con la prohibición de la trata de esclavos en Cuba, la entrada de brazos africanos escaseaba, y consiguió apoyos políticos para fundar una Compañía Patriótico-Mercantil cuya finalidad era la de contratar expediciones de gallegos pobres y trasladarlos a Cuba para trabajar como colonos. Urbano Feijoo de Sotomayor, ideó y puso en marcha su Compañía Patriótico Mercantil a mediados del siglo XIX.
Durante el siglo XIX, Cuba se enfrentó a la persecución de la trata y se vio obligada a buscar alternativas al trabajo esclavo para la producción de caña de azúcar. La Compañía Patriótico Mercantil de Urbano Feijóo y Sotomayor, fue uno de los intentos fallidos de llevar trabajadores libres a Cuba. Al año de empezar a funcionar, la Compañía y los gallegos de Feijóo protagonizaron varias discusiones.
Urbano en seis meses transportó desde Galicia a La Habana ocho expediciones de colonos gallegos, un total de 1744 trabajadores, que la empresa depositó en barracones de aclimatación. El negocio funcionaba de la siguiente forma: una vez en La Habana y tras un corto periodo de aclimatación, una parte de los gallegos eran traspasados a hacendados que compraban sus contratos y los esclavizaban en ingenios de azúcar, obligándolos a vivir en pésimas condiciones en las plantaciones. La otra parte se traspasaron al Gobierno Colonial que los ocupó en la construcción del camino de hierro, el ferrocarril.
Pero volvamos a la primera expedición. A principios de 1854 zarpó de Galicia la primera remesa de emigrantes y en el mes de marzo llegaron en la fragata Villa de Neda los primeros 314 emigrantes a la Habana. A esta primera remesa le siguieron otras en los meses siguientes hasta alcanzar la cifra de 1742 en el mes de agosto.
La llegada a La Habana del primer grupo tuvo un espectacular recibimiento por las autoridades de la isla y amplio eco entre la población, como da cuenta la prensa progubernamental habanera:
Jóvenes con muy cortas excepciones de hermosa presencia y notable compostura, uniformados con la mayor propiedad para los trabajos de campo y organizados en pelotones de 25 hombres con su correspondiente capataz cada uno formaban un cuadro sumamente agradable que realzaba la alegre y marcial música del país, haciendo no pocos en honor a la empresa que revela tan distinguidos sentimientos y ofreciendo un contraste sorprendente con lo que estamos acostumbrados a ver en esta línea.
Simultáneamente Feijóo hacía propaganda en la prensa cubana. Avisaba a los hacendados de las ventajas que ofrecía la contratación de estos trabajadores, encaminada a sustituir la mano de obra esclava. Conforme con el anterior discurso, se suponía que la vida de los emigrantes gallegos en Cuba iba a ser idílica, pero la realidad se manifestó en estos hombres de manera muy diferente, capaz de superar cualquier ficción que hubieren ideado durante la navegación por el Atlántico.
A su llegada el empresario recluía a los trabajadores en barracones, sin las mínimas condiciones de habitabilidad e higiene. Pero gracias a las cartas que los afectados enviaron a Galicia, sus familias reclamaron justicia. Ante el escandaloso fracaso de su iniciativa, el promotor desapareció, volviendo a ocupar su puesto de Diputado. Tras ello las Cortes españolas acordaron liberar de las obligaciones de los contratos firmados con la Empresa de Feijóo a los trabajadores gallegos, y darles la libertad para regresar a Galicia.
¿Pero cuántos volvieron? Desgraciadamente, muchos no lo hicieron. Me he quedado impresionado, buscando información para este artículo, al descubrir que existe una página web gallega https://xenealoxia.org/ (de la cual he extraído mucha información que ahora estoy transmitiendo), en la que, con nombres y apellidos, se puede saber lo que ocurrió con los pasajeros de todas esas expediciones. De alguna forma, han conseguido las memorias originales de lo que ocurrió con los tripulantes de aquellas fragatas, y poseen datos económicos sobre ellos. A modo de ejemplo:
Transcripción:
Liquidación general hecha por el Síndico representante de los trabajadores gallegos con vista de los datos que han podido sacarse de la presentada por la Empresa de inmigración en 5 de marzo de 1.856 marcada con la letra A, que comprende a 315 trabajadores llegados a este puerto de la Habana en la fragata Villa de Neda, el 6 de marzo de 1.854. según el Estado presentado por la Empresa el 4 de enero de 1.855, documento Nº 1, de los que pasó en copia el Gobierno Superior Civil al Síndico, dicho buque llegó el 10 de marzo de 1.854, con 314 hombres.
Liquidaciones de la Empresa de Inmigración de la Habana a la primera expedición de emigrados gallegos a Cuba, 1856. Archivo personal de Antonio Leira
Volviendo a la actualidad, he de destacar, que una luguesa, Elisa Vázquez de Gey, ha escrito un libro titulado: Una casa en Amargura. La trama de este libro versa sobre este asunto, y en ella los gallegos son personajes tangenciales. Hay un personaje, que deja embarazada a una esclava, que había llegado a Cuba en la fragata Villa de Neda.
Comenta Elisa, que en su investigación descubrió que cuando se solucionó el problema muchos gallegos ya habían muerto, otros escaparon y algunos nunca aparecieron. Al parecer se quedaron en los palenques (refugio de los esclavos escapados), y no sabían que podían volver a Galicia. A estos gallegos les llamaban los esclavos ojiazules, porque eran blancos con los ojos azules. Eran puros celtas, dicen en La Habana.
Ya para ir finalizando, dos apuntes. Para aquellos que dispongan de 41 minutos libres, les recomiendo la visión de este documental de RTVE, emitido recientemente, y que cuenta con pelos y señales todo lo que ha acontecido en este artículo. Curiosamente en él se hace también referencia a la web gallega que he mencionado con anterioridad.
Y como último, hay que destacar que la Villa de Neda no finalizó su tradición marinera con esa fragata. Recientemente, desde este año 2015, el ancla de la última fragata Asturias está colocada en un lugar visible a la entrada a la Real Villa de Neda.
¡Hasta dentro de dos semanas!
Hola Raúl mi nombre es Maritza Roger vivo en canda mi email es miroger@rogers.com , después de 20 anos investigando la sencilla familia de mi padre descubrí que el bisabuelo de mi padre esta en la lista del primera expedición Martin Alvarez … me gustaría comunicarme con usted
Te he escrito un email
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