El misterioso naufragio del Valbanera
Hoy por la tarde mientras echaba una de mis habituales siestas, acompañado por Radio 1 de RNE, empecé a escuchar un relato de un naufragio del Valbanera que poco a poco me fue enganchando. Se trataba de un barco de pasaje con casco de acero, salido de los astilleros C.Connell&Co de Glasgow en el año 1906.
Tenía una eslora de 122 metros, una manga de 14,6 metros y 6,5 de calado. Al amanecer de mi siesta, la curiosidad me lleva a profundizar un poco más en esta misteriosa historia de la navegación, llevándome a una serie de documentos y relatos de autores como Juan C. Díaz Lorenzo, Fernando García Echegoyen, etc.
Se botó con el nombre de Virgen de Valvanera; pero parece que, por un descuido, se rotuló sobre el casco Valbanera…. esas cosas en los ambientes marineros tienen su importancia y suelen ser motivo de superstición.
Barco de pasaje, perteneciente a la Naviera Pinillos (fundada en Cádiz en 1840), era uno de los muchos que en esta época hacían la travesía a Cuba, cargados de emigrantes españoles que intentaban un giro de suerte en sus vidas.
En lo que fue su último viaje, el Valbanera, salió rumbo a América desde Barcelona un 10 de agosto de 1919 con escalas previstas, entre otros puertos, en Cádiz, Canarias, San Juan, La Habana, Nueva Orleans. Al mando el Capitán Ramón Martín Cordero de 34 años, un marino con experiencia en los buques de la Compañía.
Desarrollaba una velocidad máxima de 12 nudos y podía alojar a más de 1200 personas entre pasajeros y tripulación distribuidos en cuatro clases: 1ª, 2ª, 3ª y emigrante; de hecho, cuando zarpó de Canarias, llevaba a bordo 1142 pasajeros y 88 de tripulación; la inmensa mayoría españoles con destino a Cuba.
Al Capitán, antes de zarpar, no le hacen ninguna gracia una serie de pequeños detalles como que, varios de sus oficiales eran novatos o desconocían las características del Valbanera; las bodegas irían abarrotadas de mercancías “hasta la bandera” y el pasaje al límite de capacidad.
En el transito hasta Canarias y antes de zarpar de las islas, surgen diversas anécdotas entre el pasaje que lo llevan a pensar que algo malo le va a suceder al buque en su travesía atlántica.
Para rematar sus malos augurios, en el Puerto de Sta. Cruz de la Palma, larga amarras y al intentar recoger el ancla, falla el grillete de unión dejando el ancla enterrada en el fango (esto, es lo que hoy en día diríamos que nos da muy mal rollo), un mal presagio se apodera de la tripulación. A pesar de ello, el Valbanera deja atrás la isla y se dispone a la travesía del Atlántico.
El misterio del naufragio del Valbanera, comienza después de su escala en San Juan de Puerto Rico y entrar el día 5 de septiembre en Santiago de Cuba, donde la mitad del pasaje desembarca a pesar de tener billete hasta La Habana; es parte del misterio el desembarco anticipado de unos 742 pasajeros que evidentemente a la vista de lo posteriormente sucedido, salvaron sus vidas.
Ese mismo día zarpa para La Habana con el resto del pasaje, unas 488 personas, probablemente desconociendo el Capitán que se estaba formando un huracán (tenemos que pensar que los medios predictivos de este tipo de fenómenos atmosféricos de la época no tenían la fiabilidad de hoy en día).
Antes de zarpar de Santiago de Cuba, el Capitán tiene conocimiento de la posibilidad de que se forme un ciclón tropical en el Golfo; pero al observar el barómetro, considera, que todavía tiene un margen de tres o cuatro días para llegar a la Habana.
El Valbanera va rodeando la isla, navegando hacia el Este y frente a Punta Maisi, cambia su rumbo para poder entrar en la Habana, es en esta situación cuando queda constancia de su último avistamiento por un barco inglés.
En la noche del 9 de septiembre de 1919 el viento huracanado está ya causando estragos en la Capital, pero eso no impide escuchar el insistente y desesperado sonido de una sirena y el proyector de “morse”, pidiendo Práctico para entrar en puerto…. Los vigías del Castillo del Morro; le responden que, dado el estado de la mar, no es posible la salida del Práctico.
Al barco, supuestamente el Valbanera, no le queda más alternativa que aguantar mar adentro el temporal. El huracán azota las costas durante estos tres días, hasta que el día 12 un operador de la Estación de Key West, detecta un mensaje de un buque con el distintivo JTHC…, el Valbanera ha aparecido!
Cuando a los pocos minutos se intenta responder a la llamada, el silencio es la respuesta, la idea de su hundimiento se instala en la mente de todos. Se pone en marcha una operación de búsqueda del Valbanera por toda la costa, a cargo de cañoneros cubanos y Guardacostas americanos, así como buques estacionados en Key West.
El 19 de septiembre, el cazasubmarinos de la Navy USS C203, una semana después de que se hubieran captado las últimas llamadas telegráficas del Buque y a punto de finalizar ya las labores de búsqueda del naufragio del Valbanera, uno de los tripulantes, detecta que por la proa destaca algo sobre el agua; se aproximan y ven un palo que sobresale de las arenas movedizas, así como una gran masa oscura sumergida.
Con un bote auxiliar se acercan y con un traje de buceo se disponen a inspeccionar lo que parece la proa de un gran barco, avanzando sobre ella distinguen unas letras pulidas de bronce, no son otras que Valbanera.
No se encontró a persona alguna, ni supervivientes ni desaparecidos; los restos del Buque se fueron sepultando poco a poco en las arenas movedizas del Bajo de la Media Luna a 12 metros de profundidad, a unas 5 millas al este del faro de Rebeca Shoal y a 45 millas al oeste de Cayo Hueso.
En el vapor Maria de la Valbanera nació la prima hermana de mi padre ( José Maestre Alcaide), cuya madre embarcó en Cadiz , camino de la Argentina . El alumbramiento tuvo lugar cerca de las islas Canarias el 10 de diciembre de 1909 y la bautizó el capitan del barco con el mismo nombre del vapor asi que pasó a llamarse , Maria de la Valbanera Berniel Alcaide cuya madre viajaba sola para reencontrarse con su esposo Antonio Berniel y se llamba Maria del Rosario Alcaide Bello . Una bella y dura historia allende los mares . Sus descendientes viven aún en Agentina , por Buenos Aires .
Muchas gracias por tu reseña.