El Saltillo, el buque del abuelo del Rey
La noticia de esta semana, interesante (aunque al final un poco extensa), cuenta la historia de un velero. Después de estar varios días buscando información por la red, he encontrado una fuente de información muy completa en la propia página web de la Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas Navales de Bilbao, donde yo cursé en su día mis primeros estudios (cuando aún no había página web). Igualmente, también me ha sorprendido encontrar en “navegar.com” un artículo al respecto de mi compañero y amigo Arturo Piñeyro. Pero bueno, vayamos a la historia sobre El Saltillo:
El Saltillo, es un velero que fue construido en 1932, y que bajo el nombre de Leander fue utilizado en un primer momento como vivienda por un inglés. Dos años después, y en uno de los múltiples viajes que realizaba a Londres como miembro de la Federación de Vela el empresario vizcaíno Pedro Galíndez, se enteró de que un inglés vivía en un barco colocado en una campa, y que deseaba venderlo. De esa forma fue adquirido por él, quien le denominó El Saltillo, nombre coincidente con el de su residencia en Portugalete (llamada así por el pequeño desnivel que había que salvar para acceder desde la casa a la playa). En los astilleros ingleses «Campers & Nicholson» se terminarían de habilitar los interiores del velero.
Desde 1946 hasta 1963 lo cedió para disfrute de la familia real, pero en 1968 (cuando don Juan de Borbón lo sustituyó por la Giralda), Galíndez lo donó a la Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas Navales. Restaurado y botado de nuevo en 1998, se utiliza como buque-escuela de la UPV (Universidad del País Vasco). El velero de época Saltillo está actualmente tripulado por el capitán Mikel Lejarza y 14 estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas Navales de la UPV, que realizan así sus prácticas de navegación.
Las características principales de este velero aparejado en ketch son:
- Eslora total (incluyendo el bauprés): 26,25 metros
- Eslora entre perpendiculares: 18,74 metros
- Manga: 5,25 metros
- Puntal: 4,00 metros
- Calado: 2,88 metros
- Desplazamiento: 81 Tons
- Altura palo mayor: 20,00 metros
- Superficie vélica: 200 m2
- Aparejo: Ketch
- Velas: Foque. Trinqueta
- Palo Mayor: Cangreja con escandalosa
- Palo Mesana: Marconi
Materiales
- Casco: Acero
- Palos Mayor Mesana: Madera Pino Oregón
- Bauprés: Madera Pino Oregón
- Cubierta: Madera de teca
En 1932 se construyó el velero en los astilleros G. de Vries Lentsch, de Amsterdam, con el nº de construcción 1101, corriendo a cargo del arquitecto naval Mr. E. P. Hart el trazado de las líneas del buque y el plano de aparejadura. Inicialmente, su propietario fue un inglés, Mr D. Lawrie, pero al cabo de menos de un año, el barco se encontraba en una campa, y de nuevo en venta, como ya he comentado.
Con fecha de 30 de junio de 1935, y después de ser adquirido por Galíndez, el presidente de la entonces República, Alcalá Zamora, expidió patente de navegación al «yate de vela y motor» Saltillo, por la que se autorizaba al mismo para «navegar y comerciar en todos los mares y puertos del Globo».
Ese mismo año el Saltillo fue el único yate español presente en la conmemoración del jubileo de SS MM los Reyes de Inglaterra. También en ese año, estando fondeado en El Abra (exteriores del puerto de Bilbao), se levantó una galerna, con tan mala fortuna que el barco garreó y fue a topar con el Amelita de Venancio Echeverría.
Ya comenzada la Guerra Civil, el Saltillo fue alcanzado por una bomba. Afortunadamente, sólo le causó desperfectos en un costado y tuvo como consecuencia la muerte de un perro llamado «Foque». La reparación del barco hubo de posponerse hasta el final de la guerra.
En 1946 D. Pedro J. Galíndez cedió el Saltillo a D. Juan de Borbón, Conde de Barcelona, quien había fijado su residencia en Estoril desde febrero de ese año. En la fotografía inferior puede verse a D. Juan con su hijo D. Juan Carlos (padre del actual rey de España). Se celebraron las primeras Olimpiadas de la postguerra y allí acudió el Saltillo.

Embarcaron en Arcachon D. Juan de Borbón, su hermano el Duque de Segovia, Eduardo Real de Asúa, Jesús Corcho y Peru Galíndez. Un fuerte temporal les obligó a fondear en Southampton y dos días después, el 10 de agosto, siguen rumbo a Torbay.
El día 15 de agosto, la señora de Galíndez comunicó a D. Juan que Danvila había arreglado la entrevista con el general Franco, por lo que debería dirigirse a aguas de A Coruña donde recibiría, el día 18, un «aviso del mayor interés». Después de la Olimpiada, D. Juan hace caso omiso del mensaje y se dirigen a Belle Ile. El 20 de agosto, el Duque de Sotomayor le comunica que la entrevista está preparada y que ha de dirigirse a Arcachon, donde le esperaría él junto con Padilla y Danvila. El día 21 van a Arcachon y se fija la cita para el día 25, a las doce del mediodía, a cinco millas al norte del Igueldo (San Sebastián). El 24 ponen rumbo a Cascais.
El 25 de agosto de 1948, el Saltillo, llevando a bordo a S.A.R. D. Juan de Borbón, se encuentra, previa cita, con el yate AZOR del General Franco. Dicho encuentro tiene lugar a unas 5 millas al Norte de San Sebastián. Ambas personalidades se entrevistan durante largo tiempo, tratando diversos temas decisivos para nuestro país, y en especial, el concerniente a la educación del que algún día sería el futuro Rey de España (Don Juan nunca reinaría y para que pudiera hacerlo su hijo, el entonces Infante Juan Carlos, y al amparo de la ley franquista de sucesión, debía trasladarse a España para educarse allí. Franco y Don Juan acuerdan que esto sea así, pero todo lo relativo a su formación y tutores será decidido por Don Juan).
Según relata el Conde de Zubiría en un libro al respecto, llegado al Saltillo, Don Juan saludó, se puso al timón y dio las órdenes oportunas a la tripulación, mientras Franco, sentado en una silla, aguantaba, como podía, los bandazos del Azor, sacudido por la marejada. En tres minutos y medio -tiempo récord- estaban izadas todas las velas del Saltillo que se alejó a toda marcha. En el palo del Azor apareció la señal internacional de «Buen Viaje», contestada, en el acto, por la de «Muchas gracias» desde el barco del Rey. Minutos después, ambos interlocutores se habían perdido de vista. Don Juan se volvió a la tripulación del Saltillo y les felicitó: «Buena maniobra. Bravo, muchachos».
En 1968 D. Pedro Galíndez donó el Saltillo a la entonces Escuela Oficial de Náutica de Portugalete, con el objeto de que se empleara para la enseñanza de prácticas marineras a los alumnos de esa Escuela. A partir de esta fecha y durante unos 17 años el Saltillo se utilizó regularmente para dicha finalidad.
En enero de 1987, Fernando Cayuela Camarero, capitán del Saltillo, llevó a éste hasta los Astilleros Mendieta, de Mundaka. Allí, en dique seco, se procedió a chorrear el casco, observándose el mal estado de la chapa, que presentaba agujeros como puños a la altura de la flotación, por lo que procedía iniciar urgentemente una reparación a fondo.
A finales de noviembre se funda, en la Escuela Superior de Náutica, la Asociación de Amigos del Saltillo, asociación de carácter filantrópico y cultural y cuyo principal objetivo era recabar medios materiales y humanos para la restauración del Saltillo.
El 2 de febrero de 1988 el Saltillo navega desde Santurce hasta Axpe y una vez allí, es izado por la cabria «Consulado de Bilbao» y depositado en el muelle de Axpe-Erandio del Puerto Autónomo de Bilbao. Colaboró también Astilleros Celaya, máximo especialista en buques veleros, cediendo una cama de varada sobre la que depositar el barco y confeccionando los presupuestos iniciales de reconstrucción.
Precisamente ese año comienzo mis estudios de Náutica en Bilbao, y tengo que decir que cinco años después, los terminé, sin prácticamente enterarme de que el Saltillo existía.
El 1 de abril de 1993 fallece S.A.R.D. Juan de Borbón que tanta vinculación tuvo con el Saltillo. En octubre de ese año, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre acuña una moneda de 5 ECUS figurando en el anverso D. Juan de Borbón y en el reverso el Saltillo.
El 15 de Julio de 1994 la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre emite un sello de Correos con la imagen del Saltillo, con una tirada de 2.500.000 ejemplares, siendo su valor de 29 pesetas. Y en agosto de ese año, la Escuela Superior de la Marina Civil de Bilbao es transferida a la Comunidad Autónoma del País Vasco, integrándose poco después en la UPV/EHU con el nombre de Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas Navales.
A partir de enero de 1995 (ya había yo terminado mis estudios), se efectúan una serie de trabajos con el objeto de evaluar el estado de conservación del Saltillo, sus necesidades de reparación, el alcance económico de la misma, etc. La E.S.M.C. de Bilbao elabora un proyecto para su restauración. Paralelamente, se inician diversas gestiones para tratar de abordar definitivamente la total restauración de tan histórico velero.
El 11 de mayo de 1998, el Saltillo fue trasladado del astillero de Axpe, en Erandio, al de Zamakona, en Santurtzi, donde se le dan los últimos retoques para su nueva etapa.
Durante el curso académico 1998-1999 el Saltillo realizó 24 singladuras, en las que se realizaron prácticas de navegación y maniobras, tanto diurnas como nocturnas.
En agosto de 1999, desde el día 9 hasta el 14, una tripulación compuesta por 3 alumnas, 11 alumnos y un profesor realizaron el trayecto Bilbao-Arcachon-San Sebastian-Bilbao, lo que permitió la realización de prácticas náuticas y la observación del eclipse total de sol en el Golfo de Vizcaya.
Con motivo de su visita a Portugalete, en Julio de 1999, los Reyes realizaron una visita al Saltillo acompañados de diversas autoridades.
Quiero destacar que desde el 7 de Julio al 6 de agosto de 2002, el Saltillo participó en la regata de la Cutty Sark 2002, con la participación de 19 alumnos y 4 alumnas entre las diversas etapas entre Brest y Santander. Recuerdo perfectamente esa fecha porque pude visitar el buque por primera vez, cuando coincidió con mi entonces buque (el Serviola) estando ambos atracados en el puerto de A Coruña, y me pude reencontrar de esa forma con quien había sido mi profesor de Construcción Naval y Teoría del Buque (Fernando Cayuela), que en aquel momento era el Capitán del velero.
El 7 de agosto del 2003 el Saltillo es nuevamente el barco escogido por el Ayuntamiento de Guetaria para representar el regreso de Juan Sebastián Elcano tras haber dado la vuelta al mundo.
He de destacar que, a lo largo de su historia, el Saltillo tuvo varios capitanes, unos más célebres que otros. Algunos, anteriores a Cayuela, también fueron mis profesores en la Escuela de Bilbao (recuerdo por ejemplo a Gómez y a Apraiz).
Actualmente, como comenté al principio, capitanea Mikel Lejarza, y el buque continúa realizando navegaciones para prácticas de sus alumnos.
¿Y por qué se me ocurrió hablar esta semana del Saltillo? Pues por esto:
El 29 de julio de 2014 por la tarde atracó en el muelle de Porcillán, en Ribadeo, un barco de recreo muy especial, lleno de historia y además de historia de la Casa Real, el «Saltillo», barco de recreo en …
Quiero finalizar destacando una parte de este artículo de Alfonso Ussía en ABC en agosto de 2002 sobre el Saltillo y que se escribió con ocasión de la visita a Santander en la regata de grandes veleros Cutty Sark:
… Ese barco bilbaíno es un trozo aún vivo de nuestra reciente Historia, y da gusto encontrárselo de golpe, con el mismo perfil de siempre, su bandera de siempre, su airoso dibujo de siempre, y siempre con las sombras figuradas en su cubierta de quienes más y profundamente lo navegaron y quisieron. Don Juan y Peru Galíndez, amigos profundos y sin estridencias. En ese velero vasco que una mañana partió del Abra para dibujarse durante años en el horizonte de Estoril y Cascais, se escribieron páginas de dignidad y firmeza, y se navegaron miles de millas con el Rey desterrado. Por eso he escrito que a muy pocos les dirá algo el nombre de El Saltillo, y que en el maremágnum de una regata como la Cutty Sark con centenares de barcos asombrosos, quizá sus dos mástiles y sus treinta metros apenas se destaquen. Pero de todos los que hasta Santander han arribado y van a llegar, ninguno puede presentar tanta nobleza, tanta generosidad y tanta historia como ese Saltillo de Pedro Galíndez y Mercedes Maiz, que al referirse a su propio velero siempre lo hacían como el barco del Rey …
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