Jorge Juan Santacilia, marino, ingeniero naval y espía
Entrevista a Raúl Villa sobre Jorge Juan Santacilia para Cope+Galicia el viernes 23 de febrero de 2018 a las 12:30 horas
Escuché no hace mucho tiempo a alguien que decía que los ingenieros navales tal vez fuimos los primeros ingenieros puros que aparecimos en España. Y ejemplo de esa antigüedad la muestra hasta la Biblia, donde tuvo un papel muy importante el diseñador del que pudo ser el arca más famoso de la historia. Pero aparte de este posible origen divino de los ingenieros navales, existió otro, muy marcado por una persona que tuvo una gran repercusión en el despegue de esta profesión. Un científico, quién a su titulación de ingeniero naval, añadió otras como las de marino, matemático, geógrafo, astrónomo, maestro, e incluso espía. Todo este manantial de conocimiento le sirvió para ser conocido por el mundo como el sabio español o el Euclides de Novelda, ante instituciones científicas europeas tales como la Royal Society de Londres, la Academia de Ciencias de Berlín o la Real Academia de París.
El confuso origen de Jorge Juan Santacilia
En 1704 un señor llamado Pedro Ibarra, en estado de viudez, se casó con una joven, también viuda, de treinta años, llamada Violante Santacilia. Su primer hijo, Jordi, nació en Alicante en 1705 y murió a los pocos meses. En 1711, de nuevo en estado de viudez, Violante se marchó a Elche (de donde era natural), en donde se casó con el viudo Bernardo Juan Canicia, con quien tuvo tres hijos, llamados Jorge (nacido el 5 de enero de 1713), Margarita (nacida en Alicante en 1714) y Bernardo (nacido en Elche en 1716). En resumen, Jorge, el primer hijo, tuvo dos hermanos de doble vínculo (Margarita y Bernardo), cuatro con vínculo de padre (Francisca María, María Manuela, Antonio Nicolás y Cipriano) y dos con el de madre (Teresa y Antonia). Por lo que ya se pueden imaginar los líos que tuvieron que existir con los testamentos futuros.
Si se fijan, no he especificado el lugar del primer nacimiento, el de Jorge (y Juan de apellido), en 1713, por el siguiente motivo. Su llegada al mundo se produjo en la finca de El Fondonet de Novelda (en aquella época conocida con otro nombre), y cuatro días después se procedió a bautizar a Jorge Juan Santacilia en Monforte del Cid, a 6 kilómetros de Novelda. Su nacimiento fue inscrito en el folio 491 del Libro III de bautismos de la Iglesia de Santa Maria.
Si a día de hoy pudiera contactar con los padres de Jorge (el padre murió cuatro años después del nacimiento), les preguntaría la razón del por qué decidieron bautizar a su hijo en la Iglesia de Monforte, en vez de hacerlo en una de Novelda. Pero la verdad es que la realidad de este nacimiento, con dos municipios de Alicante involucrados (el del nacimiento y el del bautizo), provocó que 300 años después del nacimiento de Jorge Juan (en 2013), Novelda y Monforte del Cid prepararan los actos de conmemoración del tercer centenario de Jorge, por separado.
Y es que pudiera ser que hasta en la época del nacimiento de Jorge Juan, Novelda estuviera adscrito a esa iglesia de Monforte, o que incluso aquel día simplemente los padres de Jorge Juan decidieran dar un paseo y se acercaron hasta aquella Iglesia.
En cualquier caso, ya se sabe cómo son estas cosas de las rivalidades vecinas, nunca hay acuerdos. Además, para algunos, el pez grande (Novelda, 25000 habitantes) siempre se comerá al pequeño (Monforte, 6000 habitantes). Y por ello, tal vez Novelda tiene la estatua y la sede de la Fundación, mientras que Monforte se tiene que conformar con una simple placa reseñando el bautizo.
Pero bueno, debo dejar de marear la perdiz, y seguir descubriendo otras cosas de Jorge Juan, ya que si no fuera por lo que depararía el futuro, poco se hubiera hablado de esta controversia. Antes, simplemente resaltar, para despedir este tema, que la historia parece que se ha acostumbrado a relatar claramente que Jorge Juan nació en Novelda y se bautizó en Monforte, quedando para el resto de los humanos la decisión de interpretar si en aquella época “uno era de donde nacía”, o de “donde se bautizaba” (hoy en día con los padrones del Registro Civil parece que todo esto está un poco más claro, aunque también siguen existiendo casos especiales……).
Los inicios de Jorge Juan Santacilia
Jorge vivió hasta los seis años con su madre en Elche y Alicante, ciudad donde murió su padre en 1715. Después, hasta los nueve años residió en Alicante con tu tío Antonio y hasta los doce lo hizo con su tío Cipriano. Todo esto hace pensar que pudo existir desarraigo familiar debido a tanto traslado de residencia.
Una vez que Jorge Juan superó la prueba de “hidalguía”, fue nombrado Caballero de justicia de la orden de Malta con dieciséis años. A continuación pasó a residir en Malta hasta que partió para Cádiz, en 1729. Aquel año se le concedió plaza de guardiamarina a la espera de que realizara las pruebas de ingreso. Por cierto, y volviendo a la polémica del nacimiento, se conserva la carta de ingreso en la orden de Malta en la que Jorge Juan escribió de su puño y letra, que era nacido en Monforte del Cid. Destacar, a título anecdótico, que Juan ejercía los votos de pobreza y el de castidad.
En 1729 ingresó en la Escuela Naval Militar de San Fernando, y entre 1730 y 1733 Jorge alternó las operaciones navales con los estudios en la Academia de Guardias Marinas, distinguiéndose por su nivel de conocimientos y siendo nombrado sub-brigadier de la Compañía. Cinco años después, en 1734, la Academia de Ciencias de París tomó la iniciativa para llevar a cabo un estudio que desembocase en el cálculo de la verdadera forma de la Tierra.
Para ello se nombraron varias comisiones, compuestas por personas de prestigio, para que procedieran a medir con exactitud la extensión de la Tierra. Esta designación se llevó a cabo por los Ministros de Felipe V, teniendo en cuenta que se les iba a confiar la representación de la ciencia. Y por ello, después de mucho trabajar en la materia, el nombramiento fue otorgado a dos jóvenes que, según sus edades, no parecían las personas idóneas para esa misión. Sus nombres correspondían a Jorge Juan Santacilia (de 21 años) y Antonio de Ulloa (de 19 años).
Jorge y Antonio poseían el empleo de guardiamarinas (alumnos en formación en la escuela naval), por lo que el Gobierno español, al objeto de evitar que se les considerara demasiado jóvenes y de poco valía para esa misión, adoptó una resolución para ascenderlos al empleo de Teniente de Navío. Pero este encargo (el de calcular la forma de la Tierra), no iba a resultar un trabajo fácil. Para conocer con exactitud cuál era la medida del aplanamiento polar, los nuevos oficiales tuvieron que invertir 10 años de su vida a este fin. La misión, exactamente consistía en medir un grado del arco del meridiano terrestre a la altura del Ecuador, para confirmar que la Tierra estaba achatada en los polos, como ya adelantaba Newton.
Pero esta no sería la única misión importante que llevaría a cabo Jorge Juan a lo largo de su vida. La más importante aún estaba por llegar. Pero antes de eso, finalizada la operación del cálculo de la forma de la Tierra, Jorge Juan regresó a España y a pesar de que el Gobierno inicialmente no reconoció de forma muy meritoria su trabajo, finalmente sí lo hizo, y fue ascendido a Capitán de Fragata.
El espionaje de Jorge Juan Santacilia
Jorge Juan Santacilia fue el principal colaborador del marqués de la Ensenada, el Secretario de Todo, titular de cuatro de los seis ministerios que entonces existían (Hacienda, Guerra, Marina e Indias). Además, Ensenada fue el primer hombre español de Estado, empeñado en efectuar los cambios necesarios para poder modernizar el país. Ninguno de los borbones de la Ilustración, a excepción de Carlos III, mostró un gobierno directo, tipo al de los reyes Católicos, por lo que el papel de Ensenada, quien había servido en la Armada, tuvo mucho peso en aquellos tiempos.
Por ello, en 1748, Ensenada tomó la iniciativa para la construcción de los arsenales de Ferrol, Cádiz y Cartagena, con el objetivo de poder poseer una flota como la inglesa. Y para llevar a cabo esta misión decidió copiar e imitar (al menos en lo bueno) los métodos ingleses de construcción naval. En aquella época nuestros barcos se construían en Guarnizo (Cantabria), astillero que se cerró cuando empezaron a funcionar los recién construidos.
En octubre de 1748, Ensenada firmó una instrucción reservada mediante la que se comisionaba a Jorge Juan a una arriesgada y difícil misión en Londres. Se le ordenaba que seleccionara a dos oficiales subalternos, dentro de la Armada, para auxiliarle y acompañarle en ese viaje. Dicha elección recayó de nuevo en dos guardiamarinas, como años antes le había ocurrido a él. Y eligió a José Solano, y Pedro de Mora. Jorge Juan y sus pupilos embarcaron en Cádiz a bordo de una fragata mercante inglesa. Para que su misión no fuera descubierta necesitaban justificar su estancia en Londres, es decir, necesitaban una tapadera. Y esta consistió en la hipotética realización de un viaje de estudios para mejorar conocimientos en matemáticas. ¿Pero en realidad cuál era la misión de espionaje?
Jorge Juan, como ya he adelantado unos párrafos más arriba, debía obtener información sobre la construcción naval inglesa y el armamento de sus barcos, pero además debía buscar a buenos especialistas en construcción naval en general, y en fabricación de velas y de jarcias, y en el mantenimiento de los instrumentos náuticos en particular, para que pudieran (en secreto) ser contratados en España. Para no ser descubierto disponía de un código cifrado para enviar mensajes, y adoptó en ocasiones una falsa identidad. Llegó a tener tres personalidades secretas que, junto a la suya real, había ido procurando adoptar: Mr. Sublevant, librero y comerciante de libros extranjeros, Mr. Montmor, marino y científico y Mr. Jogues, seudónimo utilizado en el contrato a Bryant, uno de los cincuenta constructores británicos que consiguió enviar secretamente a España.
De esta forma remitió planos completos de todas las piezas de los buques ingleses. Pero, por si tales misiones ya no fueran de por sí lo suficientemente arriesgadas, la instrucción que recibió también le ordenaba específicamente, entre otras, llevar a cabo las siguientes tareas:
- Visitará los arsenales de mayor nombre de Inglaterra y, siempre con el disimulo de una mera curiosidad, formará y remitirá plano de ellos y de sus puertos; examinará todas las obras que hubiere en ellos y en sus puertos y las que se estén haciendo, sean muelles, diques, almacenes u otras pertenecientes a marina…
- Hará y remitirá plano de un navío de cada clase de las que se compone la armada inglesa, incluso fragatillas de remos, brulotes y bombardas, con expresión de todas sus medidas y las de sus arboladuras.
- Recabará información sobre lo referente a fletes, aranceles y contrabando.
- Adquirirá libros e instrumentos para los Guardiamarinas, así como para los colegios de artillería de Barcelona y Cádiz.
- Investigará las máquinas y procedimientos existentes para la limpieza de las aguas de los puertos.
- Estudiará las fábricas de paños que, curiosamente emplean lanas españolas.
El regreso de Jorge Juan Santacilia: la construcción naval en el siglo XVIII
Después de su viaje de dieciocho meses en Londres, y tras salir huyendo del país al ser descubierto, Juan logró el ascenso a capitán de navío en su vuelta a España. En ese momento Ensenada puso a su cargo la dirección de las obras de los arsenales, así como la renovación y modernización de la construcción naval, una misión compleja en aquellos años. Para ello Jorge Juan contrató a los 50 técnicos ingleses que le acompañaron en su huida a España y que le sirvieron para renovar la construcción naval.
De esta forma Jorge Juan se fue involucrando en proyectos y obras de fortificaciones, puertos, canales, minas, fabricación, etcétera. El secreto del éxito consistió en la imposición de un moderno método de división del trabajo, en el que miles de obreros se repartían las labores en los diques y las fábricas. Además Juan, en aquella época fundó, por encargo del rey Carlos III, el Real Observatorio Astronómico de Madrid, cuna de la cartografía española.
Los barcos de Jorge Juan trataron de paliar los problemas de los barcos españoles de la época, construidos por el sistema de Gaztañeta. Estos problemas se centraban en la mala maniobrabilidad de los buques, su pesadez y lentitud, así como en la excesiva cantidad de madera que exigían para su construcción. Juan había observado en Londres las ventajas de los barcos ingleses, más ágiles y veloces, por lo que se dedicó a estudiar un nuevo método fundamentado en el cálculo matemático y la Física, aplicados al desplazamiento de los buques.
Tras múltiples ensayos con modelos durante nueve meses, finalmente trazó los planos de toda clase de buques, y estableció el “Nuevo método de construcción naval”, que se implantó en nuestra Armada hasta 1765 (año en que fue relegado por el sistema francés de Gautier, modelo en el que primaba la velocidad sobre la estabilidad). De esta forma se posibilitó la introducción de los últimos avances tecnológicos, tanto en la construcción de buques, como en la construcción y reforma de los arsenales de Cádiz, Ferrol y Cartagena.
El ocaso de Jorge Juan Santacilia y su legado en Galicia y en España
La destitución del Marqués de la Ensenada, en julio de 1754, supondría para Jorge Juan la paralización de muchos de sus proyectos. El 20 de julio de 1754 fue desterrado el Marqués de la Ensenada, por lo que el nuevo Secretario de Marina, Julián de Arriaga, ordenó a Jorge Juan que abandonara la construcción naval y pasara a ocuparse de la Real Compañía de Guardiamarinas. Su sustituto en los buques sería el francés François Gauthier.
Con más tiempo libre, y antes de su prematuro fallecimiento, la producción científica de Jorge Juan se orientó hacia la edición de textos relacionados con la Náutica y la Astronomía. En 1757 publicó en Cádiz su Compendio de Navegación para el uso de los Cavalleros Guardias Marinas, donde analizaba la navegación, el rumbo, la distancia, la posición, y los instrumentos náuticos. También pudo terminar su Examen marítimo teórico-práctico, o el Tratado de mecánica aplicado a la construcción, conocimiento y manejo de los navíos y demás embarcaciones, donde analizaba temas de flotabilidad, estabilidad, resistencia estructural, maniobrabilidad, etcétera. Su Examen marítimo se convirtió en una obra de reconocido prestigio internacional traducida a varios idiomas.
Respecto a su tributo a Galicia, destacar que a Jorge Juan, en 1765, se le nombró académico honorario de la Academia de Agricultura de Galicia. Por supuesto no podemos olvidar tampoco la influencia que tuvo en la construcción del Arsenal de Ferrol, en donde se apoyó en Bort para su construcción. En 1754, el primer destino que tuvo el ingeniero conquense Sánchez Bort, una vez concluida su formación, fue la ciudad de Ferrol.
Bort además en 1763 comenzó la obra de la nueva iglesia de San Julián, enlazando el barrio de La Magdalena (ideado por Jorge Juan) con la zona militar que ocupaba la franja costera, reformó el cuartel de Batallones (1766), y diseñó el sistema de desagües de la ciudad (1767). Prueba del reconocimiento que Sánchez Bort obtuvo por su labor en Ferrol fue que el Cabildo de Lugo le escogió para llevar a cabo la reconstrucción de la fachada principal de la Catedral de Lugo, que había sufrido daños con el terremoto de Lisboa de 1755.
Tal vez no se podrá recordar a Jorge Juan por sus victorias navales (al estilo Blas de Lezo o Alvaro de Bazán), pero su faceta científica le ha servido para que fundaciones, cátedras, colegios, institutos y calles hayan elegido su nombre para sus denominaciones. Incluso no podemos olvidar aquel reverso de los billetes de 10000 pesetas o su aparición en la filatelia.
Por Ferrol existen dos colegios con su nombre (en Perlío y Xuvia), un monumento, y una cátedra formada por la Armada y la Universidad (UDC) de gran prestigio, bautizada de la misma forma. En España encontramos hasta ocho colegios/institutos llamados Jorge Juan (en Novelda, Monforte, Alicante, Valencia, Madrid y Andalucía), una importante Fundación con su nombre, y muchas calles por el país bautizadas de la misma forma (destacar la de Madrid, de gran longitud, y asentada en la zona noble del barrio de Salamanca, que transcurre desde la Plaza de Colón hasta el Parque de Fuente del Berro, pasando por Palacio de los Deportes, Casa de la Moneda y muriendo junto al pirulí de Torrespaña).
A este último respecto destacar que la Fundación Ingeniero Jorge Juan hace poco ha estrenado un blog destinado a Jorge Juan (https://ingenierojorgejuan.com/blog) en el cual José María Sánchez Carrión, Dr. Ingeniero Naval, Académico de número de la Real Academia de la Mar, y Presidente de la Fundación ingeniero Jorge Juan, se ha comprometido a escribir, un “minirelato” con una periodicidad mensual (ya hay varios publicados) en el que abordará aspectos poco conocidos de Jorge Juan. Y precisamente José María el mes pasado presentaba un libro de su propia autoría en la Sala Carlos III de Exponav titulado: La embajada inacabada de Jorge Juan en Marruecos, que precisamente presentará de nuevo en la sede del COIN de Andalucía la semana que viene”.
¡Hasta dentro de dos semanas!
Buenas tardes Raúl. Me ha gustado mucho empaparme en la historia de este ilustre marino polifacético ,enhorabuena por el desarrollo de su historia relatada de una manera sucinta y transparente.Muchas gracias y un abrazo
Gracias a ti José Manuel. Un abrazo
Gran Artículo Raúl.
Aquí en Ferrol tenemos un monumento dedicado a él en los jardines de Herrera.
Como curiosidad, el colegio de Perlío celebra su 50º aniversario este año. Les pasaré tu artículo para que conozcan más a fondo al personaje.
Saludos!!
Muchas gracias a ti. El monumento que comentas corresponde a una de las imágenes que he puesto. Un saludo
Hola Raúl.
Importante y arriesgado trabajo de Jorge Juan.
Pués si que contribuyó a la modernizacion naval de nuestro país.
Un saludo.
Gracias a ti. Saludos
Excelente reseña sobre este sabio español. Por cierto muy reconocido también en Ecuador, donde además de una importante calle de Quito, figura entre los personajes con estatua en la conocida como La Mitad del Mundo. En ambos casos, acompañado de Antonio de Ulloa. Felicitaciones por este magnífico blog.
Muchas gracias Salvador. Saludos
Excelente artículo. Lástima que la Armada española se hubiese hundido en Trafalgar por culpa de un francés y lo que quedaba fuese pasto de la desidia en los puertos de la Península o en las Indias. La Confusión de Estados hizo el resto. Y la Armada española desapareció para siempre.
Gracias por tu comentario José María. Saludos
Gran artículo Raúl! Cómo siempre … Y en este caso particular, más si cabe por ser paisano mío!
Paisano tuyo? Eres de Novelda o de Monforte? Es broma….. Un saludo
Apasionante la vida de Jorge Juan!! Gran articulo el de esta semana, me ha encantado.
Yo, por barrer para casa, comentar q la Escuela de Ingeniería mas antigua de España es la de Minas de Almaden, de 1777, q acaba de cumplir 240años.
BFdS!
Gracias Carlos. Te llevas la medalla de la semana. Haces bien en barrer para casa, otros ya me lo han indicado por whatsapp. Somos como los de Novelda y Monforte, cada uno tira para su casa. Un abrazo. Raul