Pecio del Santiago de Galicia en la ría de Ribadeo ¿Galeón o Nao?

Entrevista sobre el Pecio del Santiago de Galicia en Cope + Galicia el 17 de mayo de 2017

La ría de Ribadeo, cerca de la desembocadura del río Eo, esconde a escasos metros de la costa y a cinco metros de profundidad, los restos de un navío, en un estado de conservación inmejorable. En 2011, durante unos trabajos de dragado del canal que permite la entrada al puerto comercial de Ribadeo, se descubrió el pecio del Santiago de Galicia. Unos trozos de madera fueron el indicio que permitió descubrir lo que se encontraba allí enterrado. Se trataba de los restos de un gran barco del que no existían datos sobre su existencia, al menos en esa ubicación.

Pintura del Galeón. Se puede ver el pecio del Santiago de Galicia
Pintura del Galeón. Se puede ver el pecio del Santiago de Galicia

El pecio del Santiago de Galicia hallado en Ribadeo

Años antes, distintas obras llevadas a cabo en la ría habían ya anunciado la existencia de materiales diversos de importancia referentes a la arqueología submarina de la zona. Pero hubo que esperar a 2011, para que un dragado fortuito permitiera conocer la existencia de un pecio de 32 metros de eslora y 10 metros de manga, junto a restos de cañones, cerámica y vidrio. La empresa que lo detectó, Archeonautas, realizaba los controles arqueológicos del dragado y presentó un informe a la Xunta de Galicia.

El pecio quedó asegurado con una red para evitar daños adicionales sobre él. Su descubridor, el arqueólogo submarino Miguel San Claudio, guiado por los restos de forro de plomo encontrados, enseguida observó que se trataba de un pecio de gran antigüedad, y además, en muy buen estado de conservación. El haber mantenido en la ría esos restos, enterrados y protegidos por la arena del fondo, podría haber ayudado a su conservación.

Durante los trabajos del dragado, mientras se llevaban a cabo las labores de retirada de los sedimentos, el filtro del tubo de succión de la draga se obturó con varios fragmentos de piedra, de naturaleza incompatible con la geología local, con un fragmento de madera y con uno de lámina de plomo que resultó pertenecer al forro del casco de un buque, explicaba Miguel San Claudio, responsable de Archeonauta, a National Geographic. Pero no todo fue fácil. La primera inspección realizada no arrojó apenas datos. Miguel San Claudio indicó: «Primero detectamos el gran túmulo de lastre central, formado por piedras calizas y bolaños de artillería de gran calibre. Pero enseguida se aprecia que el casco debe estar intacto bajo el sedimento. Buceando pudimos ascender más de dos metros en el costado de babor y era impresionante».

Restos del Pecio del Santiago de Galicia. Galeón naufragado en Ribadeo
Restos del Pecio del Santiago de Galicia

La hipótesis de San Claudio es que bajo la arena se conserva todo lo que el galeón tenía bajo la línea de flotación. De hecho, han visto la roda y suponen que el timón estará en su posición original. Y gracias a ello, el pecio de Ribadeo ha sido objeto de estudio de la iniciativa Forseadiscovery, un proyecto financiado por la Comisión Europea y en la que participan el CSIC y varias universidades españolas e internacionales que intentará documentar pecios singulares españoles y portugueses de los siglos XVI y XVII.

Finalmente, la creación de un grupo de Facebook y de una asociación (Amigos del Galeón de Ribadeo), presididos por Ainhoa Lopez Fornadela, natural de la zona y con casa en Ribadeo, está permitiendo el poner en contacto a todas aquellas personas interesadas en este buque. Desde hace un par de años, la Asociación de Amigos del Galeón de Ribadeo promueve su estudio y conservación. La asociación pretende dar a conocer uno de los posibles mayores tesoros patrimoniales que pudiera existir en Galicia. Ellos piensan que se trata de un galeón del siglo XVI perteneciente a la famosa Armada Invencible, y que se podría convertir en el primer galeón recuperado en nuestras aguas territoriales.

¿Pero se trata del pecio del Santiago de Galicia?

Existen varias hipótesis sobre su posible procedencia, pero existe una que indica que este pecio podría corresponder al galeón Santiago de Galicia. Esta hipótesis parte del arqueólogo José Luis Casaban, quién buscando documentación sobre doce galeones, llamados los doce apóstoles, localizó en el Archivo de Simancas un documento en el que se indicaba que un galeón llamado Santiago se había hundido en la ría de Ribadeo en 1597, noticia que se contradecía con otro documento donde se expresaba que el Santiago, perteneciente a la serie de los apóstoles, se había perdido frente a Finisterre en 1596. Obviamente se tenía que tratar de dos barcos distintos. Hecho que se confirmó al encontrar de nuevo en Simancas datos en los que también se identificaba al capitán del Santiago, Jacobo Juan de Polo, mediante una transcripción donde además se le nombraba capitán de un galeón llamado Santiago de Galicia.

De confirmarse la identidad del pecio como el Santiago de Galicia, construido en Nápoles, estaríamos ante los restos de un barco de tradición mediterránea, de los que existe cierta cantidad de documentación escrita, en la forma de tratados (especialmente venecianos) y contratos de construcción con las dimensiones anotadas; pero no abundan los restos materiales en buen estado. Los galeones de tradición mediterránea parecen, en principio, ser distintos de los de tradición atlántica, aunque ambos derivan de embarcaciones anteriores, como las carracas y las galeras

Dibujo galeón Santiago de Galicia (Fuente: Enric Juhé Corbalán)
Dibujo galeón Santiago de Galicia (Fuente: Enric Juhé Corbalán)

Historia del Santiago de Galicia

Felipe II recompuso en breve tiempo su armada en Ferrol en 1597. La cuarta Gran Armada partía de Coruña con destino al puerto de Falmouth en Cornualles, con 160 buques, 12.600 hombres y 300 caballos; intentando aprovechar que la Armada Inglesa estaba por el Atlántico. En esta cuarta flota navegaba el Santiago de Galicia, un poderoso buque construido en Nápoles, del que se decía que “tenía más fortaleza que la capitana”.

Con 1349 toneladas, su capitán y propietario Jacobo Juan de Polo, poseía una auténtica maravilla de buque, con innovaciones como la del casco de doble forro, en el que el plomo impedía la fijación de organismos marinos que afectaran a la aerodinámica del buque. También poseía una cubierta de seguridad, situada bajo la línea de flotación, que permitía la flotabilidad del buque después de una vía de agua o avería.

El galeón Santiago de Galicia, tenía un buque gemelo, el San Felipe, otro barco del cual se descubrió recientemente su documentación técnica en el Archivo General de Simancas.

Volviendo a la historia, a 75 millas de su objetivo, Falmouth, una fuerte tormenta obligó al Santiago de Galicia a regresar a puerto, no sin antes ser atacado por un navío inglés que lo dejó dañado. Después de este hecho, es cuando se dirige a Ribadeo para recuperarse del ataque, y se supone que es poco después, cuando se pudo hundir en la ría.

El Santiago de Galicia ¿Nao o galeón?

A día de hoy utilizamos los términos como sinónimos, pero en aquella época no lo eran. Aun así, en aquellos años existía gran indefinición en el uso de los términos galeón o nao, hasta el punto que hay barcos que en unos textos son denominados de una manera y en otros, de forma diferente. Así llegamos al caso de que la Juliana, otro barco de la época y fines similares a un galeón, era considerado como nao, frente al Santiago de Galicia, que era designado como galeón de guerra, a pesar de tener dimensiones de nao.

Esto podría deberse a que la Juliana era propiedad de un particular, que la destinaba al comercio, mientras que el galeón Santiago de Galicia, era un barco militar. Por otro lado, como he comentado en el apartado anterior, los galeones mediterráneos y atlánticos eran diferentes, por lo que pudiera ser que los mediterráneos pudieran tener mayor manga y formas menos afinadas, lo que les asemejaba a las naos.

Según algunos autores, como Enric Juhé Corbalán, una de las características que definía a las naos del siglo XVI era el alto castillo de proa, apto para la defensa, y muy claramente identificable en la iconografía. Podía tener dos o más cubiertas, y se elevaba por encima del nivel del puente, sobresaliendo por la proa, y proporcionando una buena posición para dominar tanto al enemigo situado enfrente, como la propia cubierta, en caso de ser abordada la nave.

Pero una superestructura tan alta constituía un estorbo durante la navegación, tanto por el peso como por el efecto que el viento tenía sobre ella. El principal avance de los galeones respecto a las carracas fue precisamente la reducción de dicha superestructura: se bajó la altura a la que se situaba el espolón, y se separó del resto del castillo, que vería reducido su número de cubiertas hasta una sola, quedando su altura mucho menor.

Pintura del Santiago de Galicia ¿Nao o galeón? (Fuente: Enric Juhé Corbalán)
Pintura del Santiago de Galicia ¿Nao o galeón? (Fuente: Enric Juhé Corbalán)

Punto de vista de la asociación del Galeón de Ribadeo

Durante el par de semanas que he estado preparando este artículo, tuve la oportunidad de contactar con David Vidal Pérez, un miembro altruista de la asociación. Me indicó que según la información extraída por ForSeaDiscovery del libro de actas 6 (1595-1611) del archivo municipal de Ribadeo, existe un texto en el que se menciona la relación del galeón Santiago de Galicia con la Ría de Ribadeo, a través de una orden de que “las panaderas saquen pan para los soldados”. El texto es este:

En las casas del consistorio de la villa de Ribadeo, treçe días del mes de nobiembre del año de mil y quinientos noventa y siete. Se juntaron Alonso Lopez de Aguiar, teniente del alld. Mallor en la villa se Rivadeo y su jurisdiçion, y Marcos y Fes. de Granda y Diego Garçia de Castrillon, regidores de la dha villa, y acordaron que por quanto al puerto desta vª llego el galeón Santº(Santiago) y dos urcas de la rreal armada que traxeron mucha ynfanteria y cavallos, y por venir destroçados y aver dado al través (hundirse) el dcho galeón saltara la gente a tierra, y se quejavan que no hallaban pan cozido y que padeçian necesidad. Y para que la plaça se provea y aya pan en la rrepublica que se saquen algunas anegas de pan en grano y se den y entreguen a panaderas señaladas que lo hagan moler y lo cueçan y traygan a la plaça para que este probeyda, y se benda y aya provisión en ella y asi se determinaron hacer rrepartimiento para esto, y que se de mandamiento para que el alguazil mayor o qualquier de los alguaçiles saque y entregue el dcho trigo de las panaderas.

Según David, el galeón supone uno de los hallazgos más importantes de la zona. Y comenta que, aunque bien es verdad que los indicios descubiertos no bautizan al galeón como el Santiago de Galicia, en el peor de los casos, siempre existirá otro buque. Y es que hay que tener en cuenta que en aquella época (siglos XVI y XVII), existieron muchos buques con nombres de apóstoles, e incluso a veces se repetían los nombres, diferenciando a los buques por un segundo nombre, formado por el apellido de su dueño

Petición de Bien de Interés Cultural para el galeón hundido en Ribadeo

El mes pasado la asociación Amigos del Galeón de Ribadeo ha enviado a la Xunta de Galicia la documentación pertinente para que se tramite su declaración como Bien de Interés Cultural, atendiendo a su singularidad, calidad y estado de conservación, por lo que la administración autonómica debe responder en seis meses. ¡Les deseo suerte!

¡Hasta dentro de dos semanas!

Raúl Villa Caro

En el año 1999 me licencié en Marina Civil (sección Náutica) en la Universidad del País Vasco. En 2001 obtuve el empleo de A.N. del Cuerpo General de la Armada y en 2005 la patente del Cuerpo de Ingenieros de la Armada. En el año 2001 obtengo el título de Ingeniero Técnico Naval (Estructuras Marinas) en la Universidad de A Coruña y posteriormente el título de Ingeniero Naval y Oceánico y el Diploma de Estudios Avanzados. En 2003 obtuve el título profesional de Capitán de la Marina Mercante. Desde Octubre de 2010 estoy contratado por parte de la UDC como profesor asociado. Actualmente además de realizar tareas de investigación en el Grupo Integrado de Ingeniería, y desde octubre 2010, imparto docencia en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Ferrol (Grado y Máster en Ingeniería Naval y Oceánica), en el Master de PRL de la FCT, y en la Universidad Senior de Coruña. Mi actividad principal, y fuera de la UDC, se desarrolla en la Ingeniería de Construcciones de Buques (Arsenal de Ferrol) como Jefe de la Ingeniería de Plataforma. Desde abril de 2012 hasta diciembre de 2013 fui Secretario de la Delegación Territorial en Galicia del COLEGIO OFICIAL DE INGENIEROS NAVALES, y desde enero 2013 soy Secretario de EXPONAV (Fundación para el Fomento del Conocimiento de la Construcción Naval y de las Actividades Marítimas).En 2015 obtuve el título de Doctor por la Universidad de A Coruña. En 2021 fui nombrado Académico Correspondiente de la Academia de Ciencias y Artes Militares (ACAMI), y de la Real Academia de la Mar (RAM). Poseo más de 250 publicaciones repartidas entre artículos de Revistas, Libros, Capítulos de Libros, y Comunicaciones en Congresos.

16 Responses

  1. Luis dice:

    muy muy buen artículo……….apasionante de principio a fin…..lástima que el estado no se implique…

  2. josé manuel curto dice:

    Buenas tardes Raúl:
    Resulta interesante resaltar el Patrimonio que pueda existir en el fondo de los mares y en especial en las derrotas a nuestras antiguas colonias; el tráfico tuvo que ser especial debido a los buenos » tesoros» que traían;pero también es verdad que muchos buques se hundieron por los temporales y derrotas erróneas.
    Este posiblemente sea uno de los casos ,como otros buques que sin nada de valor material en su bodegas,
    tan solo dedicados a la guerra contra los ingleses se hallan perdido y tristemente salvo al salir a la luz su «pecio» podamos rescatar su historia-ojalá así sea como recuerdo a los que en el navegaron.
    Un fuerte abrazo.

    • Raúl Villa Caro dice:

      Gracias José Manuel. Estoy contigo. Aparte está la posibilidad de poder conocer mejor la construcción naval de la época. Esos forros de plomo podrían ser el inicio de la lucha antiiuncrustante. Un abrazo

  3. Elena O dice:

    Gracias por compartirlo. Buen fin de semana. A disfrutarlo¡

  4. Pedro L. dice:

    Interesante. Gracias

  5. Maribel C. dice:

    Gracias Raúl. Que historia tan interesante¡ Me encanta¡

  6. Jose Manuel LL dice:

    Gracias por la información del blog. El relato y las imágenes del acontecimiento, con el toque de literatura «vieja» es maravilloso

  7. Alejandro dice:

    Impresionante articulo, enhorabuena.

  8. José María dice:

    Interesante y bien documentado artículo. Todavía nos quedan muchos pecios que descubrir y estudiar. Que grande era y sigue siendo la Armada Española.
    Felicidades por este artículo Raúl.

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