Revista de Ingeniería Naval, la Milenaria
Entrevista Cope + Galicia viernes 28/05/21 a las 1310 h:
La separación de la rama civil de la ingeniería naval del tronco de la ingeniería militar se produjo en el año 1917, cuando empezaron a egresar alumnos civiles en la Academia de Ingenieros y Maquinistas de la Armada de Ferrol, y trece años después, en 1930, se presentaba la solicitud de inscripción de la Asociación de Ingenieros Navales (AINE), siendo su primer presidente Miguel Rechea Hernández. Posteriormente, en el año 1933, la formación de los ingenieros navales pasó a depender exclusivamente del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, creándose en Madrid la Escuela Especial de Ingenieros Navales, la cual tendría durante años diferentes localizaciones provisionales hasta que en 1948 se inauguró la escuela definitiva en el barrio de Ciudad Universitaria. Volviendo al año 1929, se debe destacar que aquel mismo año se fundaba, por parte del doctor ingeniero naval Áureo Fernández Ávila, la revista “Ingeniería Naval”, como revista técnica de la Asociación. Esta revista mensual, que publica once ejemplares a lo largo del año, ha conseguido sobrevivir a lo largo de estos casi cien años de historia naval, y en el mes de abril del presente año daba luz el ejemplar número mil.

INTRODUCCIÓN:
Aunque la denominación de “ingeniero naval” parezca contemporánea, ya se usaba en el pasado, y ejemplo de ello lo encontramos en José Romero Fernández de Landa, ingeniero general de Marina que perfeccionó la arquitectura naval y promovió la construcción de navíos como el San Ildefonso, quien ya utilizaba en el siglo XVIII esta expresión. Y es que la profesión de ingeniero naval en España nació ya hace más de 250 años, ante la necesidad de tener que concebir y formar el “plano” de los buques, sus arboladuras y velámenes, y sus estibas para la artillería. Pero en la actualidad la ingeniería naval y oceánica abarca, de manera más amplia, el proyecto, construcción y reparación de todo tipo de buques, artefactos flotantes y submarinos, incluyendo sus máquinas y equipos, así como los sistemas de aprovechamiento energético de los entornos marinos, lo que implica que los ingenieros navales deben poseer el conocimiento y manejo de un abanico de tecnologías muy extenso.
Destacar que, en el año 1967 se aprobaba la constitución del Colegio Oficial de Ingenieros Navales (COIN). Se debe indicar que, en el ámbito de Galicia, en 1991 se creó en Ferrol la Escuela Politécnica Superior, dependiente de la Universidad de la Coruña, en el barrio de Esteiro, en el antiguo Hospital de Marina. En este emplazamiento en la actualidad se imparte, entre otras, la titulación de Ingeniero Naval y Oceánico (grado y máster), y de él han surgido a lo largo de estos años, más de cuatrocientos ingenieros navales.

EL FUNDADOR DE LA REVISTA DE INGENIERÍA NAVAL:
Áureo Fernández, aparte de dar nombre a una calle de Cádiz, fue un hombre polifacético. Entre algunas de sus virtudes estaban la de ser Ingeniero de Marina de Armas navales, diseñador de submarinos, profesor universitario, gran jugador de ajedrez, e incluso llegó a ser presidente de los astilleros de Cartagena y Cádiz, y de la empresa siderúrgica ENSIDESA en Avilés, en los años cincuenta y sesenta. Tuvo siete hijos, tres de ellos doctores ingenieros navales, y aquellos que le conocieron en las factorías le recuerdan como un hombre muy valioso y de empresa, que se expresaba con sencillez y exactitud, y que, además, para la época, era muy abierto.

Áureo nació de forma accidental en Melilla en 1895, ya que su padre era también oficial de la Marina, pero creció en Madrid. Posteriormente cursó estudios de ingeniería tanto en la Academia de Ingenieros Militares de Guadalajara, como de ingeniería naval en la escuela de Ferrol. En 1926 dejó el servicio activo en la Armada, con el empleo de Teniente Coronel, y pasó a la SECN (Sociedad Española de Construcción Naval) de Cartagena, donde fue primero Jefe de Proyectos, y finalmente jefe del astillero. De 1947 a 1951 fue presidente de la empresa “Pegaso”, compartiendo ese cargo con el de consejero de Bazán. En 1951 fue nombrado presidente del astillero de Cádiz, y en 1956 llegó a Ensidesa, empresa en la que estuvo hasta su jubilación, tras dirigirla durante doce años. Un decreto que limitaba la edad máxima para ocupar puestos directivos de empresas nacionales le llevó a la jubilación en 1968. No obstante, el Consejo de Administración de Ensidesa terminó nombrándole presidente honorario de la empresa, como señal de respeto, admiración, y reconocimiento por su acertada gestión en sus años de mandato.

Áureo Fernández fue elegido en su tiempo para acelerar la siderurgia y reconstruir la industria naval, civil y militar, convirtiéndose de esa manera en el hombre fuerte de empresas “difíciles y clave” para el país. Su papel radicó en su experiencia técnica y organizativa, en su don de gentes, en el saber “mandar” pero a la vez saber aceptar las críticas, y en su afición por la organización industrial. Y a pesar de todas aquellas contrariedades económicas que le tocó vivir, quienes le conocieron recuerdan que siempre, de forma serena, solía exclamar un: “¡Ya cambiarán las cosas!”.

Se podría indicar que la mujer de Áureo se llamaba María del Rosario López de Arenosa, también de familia de tradición de marina. Rosario fue una mujer hogareña, que siempre se mantuvo en un plano discreto respecto a la vida oficial de su marido, aunque en una ocasión llegó a amadrinar el tercer horno que se inauguró en Avilés, que incluso recibió su nombre. Como anécdota, se podría señalar que, con ella y su marido en vida, sus hijos decidieron unir los apellidos de sus padres, haciéndolos compuestos, tal como contemplaba la ley en unos determinados supuestos, de forma que sus hijos heredaron todos los apellidos de sus padres. De esta forma sus siete hijos pasaron a apellidarse “Fernández-Ávila y López de Arenosa”. Finalmente, don Áureo, como le conocían en Ensidesa, fallecería en el año 1980, bastantes años después que su mujer. Pero su señal de identidad no se ha perdido, ya que uno de sus nietos, Áureo Fernández-Ávila Casas, mantiene el nombre de la saga, así como su bisnieto, Áureo Fernández-Ávila Camba, de doce años, hijo del anterior Áureo citado, el nieto. Curiosamente el benjamín Áureo dice que de mayor le gustaría hacer barcos, ¿por qué será?

PRIMER CONGRESO DE INGENIERÍA NAVAL:
En el año 1932, la AINE organizaba su primer Congreso de Ingeniería Naval e Industria Marítima, reuniendo a todos los profesionales del sector para tratar los últimos avances y tecnologías, con el objetivo de impulsar el desarrollo de la industria naval española y de perfeccionar la técnica de la construcción naval. Desde aquel momento el Congreso de Ingeniería Naval e Industria Marítima se ha celebrado con carácter anual y sede itinerante por España, con la finalidad de complementar mediante un certamen público, la labor divulgativa técnica de la revista de ingeniería naval. Reseñar que en este año 2021 está previsto que el Congreso anual se celebre en Coruña, donde el año pasado el COVID no permitió que se llevase a cabo, por lo que finalmente se celebró desde Madrid, y por primera vez en la historia en formato “on-line”. Por lo tanto, del 20 al 22 de octubre de este año, si las restricciones de la pandemia lo permiten (que esperemos que así sea), se celebrará en A Coruña el “60 Congreso de Ingeniería Naval s Industria Marítima” bajo el lema “La Revolución Digital e Industrial. Galicia, faro de innovación”.

Regresando al pasado, los días 20, 21 y 22 de mayo de 1932 se llevaba a cabo en Madrid la primera reunión anual puramente técnica, tal como rezaban los estatutos de la asociación. El objetivo de aquel congreso era dar a conocer, por parte de los asociados, las ideas de progreso, mejora y originalidad de algunos ingenieros navales, para que pudieran ser discutidas por el resto. Aquel congreso se llevó a cabo en el local de la “Unión Ibero-Americana” de Ingeniería de Madrid. La concurrencia al acto inaugural fue selecta y numerosa, congregándose en ella más de sesenta ingenieros navales de diversos lugares de España. El encargado de proceder a la apertura de aquel primer congreso fue el Almirante Azarola, quien lo declaró abierto en nombre del Gobierno. En su comparecencia habló sobre los aspectos de la técnica, haciendo una brillante comparativa entre las figuras del sabio, la del ingeniero, y la del oficial de marina.
Durante el transcurso de aquel congreso de 1932 se establecieron diversos debates que pusieron de manifiesto el estímulo y la competencia de los congresistas. Entre los temas tratados en las reuniones se incluyeron estudios de acorazados, estudios de la resistencia de un buque en flexión longitudinal, estudios sobre el movimiento de cuerpos en medios fluidos, temas del registro español, e incluso estudios sobre buques minadores con propulsión diésel-eléctrica. Por destacar uno de los trabajos, se podría señalar el consistente en el cálculo y la organización de la estructura resistente de un sumergible, realizado por Áureo Fernández Ávila.
El domingo 22 de mayo de aquel 1932 los congresistas y resto de invitados se trasladaron a visitar las obras del Canal de Experiencias del Pardo, que se estaba encontraba en aquel momento en construcción con la finalidad de que en él se pudieran probar, estudiar y corregir modelos de buques. Aquella visita fue atendida por personal de la SECN encargado de la construcción, y entre ellos destacó el Ingeniero Carlos Preysler, director del proyecto, quien explicó a los allí presentes el fundamento y modo de operar de las diferentes máquinas involucradas en la construcción. Como acto de clausura, aquella noche de domingo se celebró en el madrileño hotel “Palace” un banquete de fraternidad en el que reinó un ambiente muy cordial y que finalizó con unas palabras humorísticas sobre los trabajos presentados, elaboradas en verso por el ingeniero naval José Rubí.
Posteriormente, tal como ya se ha citado, en el año 1967 se aprobó la constitución del Colegio Oficial de Ingenieros Navales (COIN) como una corporación de derecho público, con personalidad jurídica propia, promovida por la Asociación, siendo su primer presidente Francisco Aparicio Olmos. Años después se amplió la denominación de la titulación y de todas las instituciones ligadas a la misma, añadiendo al carácter naval la extensión «oceánica». Finalmente, en el seno del COIN y en diferentes etapas, se fueron creando el Fondo Editorial de Ingeniería Naval (FEIN), la Asociación Gestora de Previsión Social del Colegio Oficial de Ingenieros Navales (AGEPIN), el Servicio de Orientación Profesional del Ingeniero Naval (SOPIN), y el Fondo de Solidaridad, entidades que mantuvieron y mantienen, la cohesión del colectivo de colegiados y asociados, así como su relación con la profesión. En total, desde la creación en 1770 del Cuerpo de Ingenieros de Marina, y de la profesión de ingeniero naval, han transcurrido 250 años de historia de la construcción naval.

HITOS DE LA REVISTA:
Repasar estos 1000 números de historia de la revista, supondría un arduo trabajo en el que se podrían destacar muchos hitos acaecidos durante estos casi cien años de vida de la revista. Pero ese sería un trabajo demasiado extenso, y que además ya ha sido realizado, al menos de manera parcial. En noviembre de 1999, coincidiendo con el 70 aniversario de la RIN, se publicó un especial de esta revista en el que se incluyeron veintitrés artículos de mucho talento, fruto del gran esfuerzo realizado tras muchas horas de trabajo, por un grupo selecto de ingenieros navales. Posteriormente, Sebastián Martos Ramos, exdirector de la revista, en la conmemoración del 75 aniversario de la RIN, llevó a cabo un estudio exhaustivo de los acaecimientos más importantes ocurridos a lo largo de ese periodo, investigación que fue publicada en el nº 832 de la RIN de 2005. Por todo ello es por lo que yo solo me voy a limitar a reseñar algunos hechos importantes destacados en la revista a lo largo de sus mil apariciones.

Los inicios de la revista fueron complicados. Tras su fundación en 1929, en octubre de 1934 se suspendió su publicación, la cual no se reanudó hasta mayo de 1936 con el nombramiento de Fernando Corominas Gispert como director de la misma. Aquel mismo año se designaba un Comité de Redacción formado por tres ingenieros navales. Esta segunda etapa fue muy breve, con sólo tres números publicados, por el comienzo de la Guerra Civil, durante la cual se suspendió de nuevo su publicación durante cuatro años.
Dando un salto de cincuenta años, la fusión en 1970 de Astilleros de Cádiz con las empresas privadas SECN y Euskalduna, originó el grupo Astilleros Españoles (AESA). Posteriormente se integraron Juliana Constructora Gijonesa, Astilleros de Santander y Talleres Celaya. Al producirse la crisis del petróleo a finales de 1973, se decidió construir el Astillero de Puerto Real. Además, con motivo de las dificultades que atravesaba ASTANO (astillero de Fene), y que lo llevaron a una situación de quiebra, el INI (Instituto Nacional de Industria) decidió absorber la empresa.

Hasta el año 1984 CONSTRUNAVES agrupaba prácticamente a todos los astilleros nacionales, tanto los públicos como los privados, pero aquel año los astilleros públicos se separaron de CONSTRUNAVES, quedando ésta como Asociación de los astilleros privados. Pero a partir de 1988 CONSTRUNAVES empezó a pasar por tiempos de crisis, y en 1988 se creó UNINAVE, la Asociación Patronal de los astilleros públicos y privados, nombrando como presidente a Manuel García Gil de Bernabé.
En España la reconversión naval civil comenzó en el año 1983, ya que la crisis del sector a nivel mundial había empezado unos años antes. En aquellos momentos existían doce astilleros públicos con una capacidad instalada de casi 700.000 GT, con plantillas de hasta 29.000 trabajadores. Por su parte, existían treinta astilleros privados, con plantillas de 13.000 trabajadores y una capacidad total de 300.000 GT. El primer Plan de Reconversión tenía como objetivo principal el reducir la capacidad de los astilleros públicos a 255.000 GT y las plantillas a 11.000 trabajadores, lo que provocó el cierre de dos astilleros públicos y el cambio de actividad de otros tres. Los astilleros privados redujeron su capacidad a 190.000 GT, redujeron su plantilla a 6.000 trabajadores, y cerraron siete factorías. La reducción de las plantillas originada por la reconversión se plasmó en prejubilaciones de personal y en la externalización de muchas actividades.
Por destacar un hito importante, en el año 1987 se entregaba a la Armada española en la Factoría de Ferrol de la E. N. Bazán, el portaaviones Príncipe de Asturias, considerado en su momento por expertos internacionales como el mejor buque de su clase. Su construcción, dilatada en el tiempo, permitió que se potenciasen los métodos y tecnología constructiva de aquel momento.

También es muy destacable que en febrero de 1995 se firmó un Convenio entre el AJEMA (Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada) y el Presidente de la AINE, para organizar una Exposición de la Construcción Naval en el edificio HERRERIAS del siglo XVIII, en el Arsenal de Ferrol. Fruto de ese convenio en el año 2008 nació EXPONAV, una fundación sin ánimo de lucro con los fines principales de reunir, exponer y conservar el patrimonio técnico, ornamental y documental relativo a la construcción naval y al sector marítimo en España, que tuviera relación con el MCN (Museo de la Construcción Naval). EXPONAV se creó, como dictan sus siglas, como una Exposición Permanente, pero en un Consejo de la Xunta de Galicia, que tuvo lugar el 23 de febrero de 2017, bajo la presidencia de Alberto Núñez Feijoo, existió un acuerdo de reconocimiento, autorización y cualificación del centro expositivo de la construcción naval de Ferrol, como museo, pasando a denominarse Museo de la Construcción Naval de Ferrol. De esta forma, el departamento de Cultura de la Xunta reconoció esta categoría y cualificación al que denominó principal museo marítimo español dedicado a la historia de la construcción naval en España y en el mundo, destacando la perfecta integración del museo en el conjunto histórico industrial y naval de Ferrol gracias a su gran discurso expositivo, albergando una colección de fondos del patrimonio marítimo e industrial, únicos, y con un gran valor histórico, que le permiten conocer la evolución y el desarrollo de la construcción naval militar y civil en España. Adicionalmente, la Xunta reconoció que el MCN destacaba por su significación histórica, por su localización (junto al Arsenal), y por las colecciones que alberga, que le permiten mostrar los elementos propios del conocimiento naval a lo largo de la historia, desempeñando una importante labor divulgativa sobre los hitos históricos más relevantes relacionados con la actividad marítima española.

Tras la Escuela de Madrid, la Escuela Politécnica Superior (EPS) de la Universidad de la Coruña impartió su primer curso de Ingeniería Naval y Oceánica en el curso académico 91/92. El primer director de esta Escuela fue Ramón de Vicente Vázquez.
En 1992 se estableció, mediante Real Decreto, el título académico de Ingeniero Naval y Oceánico, en febrero de 1997 la Factoría de Ferrol, entregaba el portaviones Chakri Naruebet a la Marina Real Tailandesa, y en 2002 quedaba legalmente constituida la Fundación “Ingeniero Jorge Juan”, entidad creada por el COIN.
En julio del año 2000 la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) acordaba crear un gran grupo de construcción naval mediante la absorción por Bazán de AESA, siguiendo el modelo existente en otros países europeos y Estados Unidos, y que concentraría sus actividades tanto en el sector militar como civil. El Grupo resultante, con el nombre de IZAR, se convirtió en el décimo del mundo, con 11.000 empleados y doce centros de producción. Pero posteriormente, ante la delicada situación que atravesaron los astilleros públicos españoles, y para tratar de hacer frente a la situación creada por la exigencia de la devolución de las ayudas declaradas incompatibles por la Comisión Europea, y al objeto de mantener la actividad de los centros civiles y militares, en 2004, la SEPI y los sindicatos alcanzaron el acuerdo de mantener la actividad militar y civil mediante el desarrollo de un diseño industrial que permitiera la continuidad presente y futura de todos los centros, y de que la actividad militar de IZAR se concentrará en una nueva sociedad, denominada Navantia, que podría realizar también una actividad civil complementaria en condiciones de mercado, permitiendo mantener la capacidad tecnológica y de producción requerida por la actividad militar y cubrir periodos de baja actividad en este mercado. Esta nueva sociedad agrupaba los centros de Ferrol, Fene, Cartagena, Puerto Real, San Fernando, Cádiz y el Centro Corporativo de Madrid.
En septiembre de 2002 en Ferrol se efectuaba la entrega de la fragata Álvaro de Bazán, primera de las cuatro fragatas F- 100 contratadas por la Armada Española. El proyecto de estos buques representó el reto de acomodar en ellas el poderoso sistema de combate AEGIS.
Para finalizar este recorrido por los mil números de la revista, los recientes y últimos veinte años, los recordaremos por hitos ilustres como el que representó en Ferrol el lanzamiento del buque de proyección estratégica JCI, la entrega de la fragata actual más moderna, la F-105 Cristóbal Colón, por la firma de la orden de ejecución de las nuevas fragatas F-110, un programa con diez años de duración aun por la proa, o por la puesta a flote del nuevo submarino S-80.

LA COMISIÓN ACTUAL DE LA REVISTA DE INGENIERÍA NAVAL:
En la actualidad, los ingenieros navales presentes en la Comisión de la revista son José de Lara, el presidente de AINE y de la propia Comisión, y los vocales Jorge Pla, y un servidor. El puntal actual de la revista está representado por su redactora jefe, Verónica Abad, y desde hace muchos años la publicidad de la revista la gestiona la empresa “Bau-Press”, mediante la persona de Rafael Crespo, nieto del célebre ingeniero naval Rafael Crespo Rodríguez.
Hace unos meses, buscando información sobre el petrolero Arteaga y sobre su botadura en Ferrol, consulté un ejemplar de la revista de “Ingeniería Naval” del mes de julio del año 1973. Al observar ese ejemplar, lo primero que pensé es en cómo había evolucionado la maquetación de la revista en estos casi cincuenta años, principalmente apoyada en los nuevos programas informáticos. Pero tengo además que decir, con sinceridad, que, examinando detenidamente el contenido técnico existente en ese ejemplar, me di cuenta de que era de altísimo nivel, tanto como el que exigió en aquella época la botadura de aquel buque, que produjo en Ferrol el “boom” que significó la construcción de los mayores petroleros del mundo botados desde grada inclinada en aquel momento.

Pero los años van pasando, y aunque la revista sí poseía ahora un “aura” mucho más moderno del de aquella época, como no podría ser de otra manera tras la llegada de la informática, sí que daba la sensación de que llevábamos muchos años con un estilo de revista serio, sobrio, pero muy continuista. Por ello se decidió que se iba intentar dar un nuevo aire a la revista, como el que se puede observar en el número mil, que ha pretendido estar acorde a los nuevos tiempos. Pero antes de que la Comisión de la revista se decidiera por la selección del nuevo maquetado, barajaron diferentes opciones, y siempre pensando en todos sus lectores, y principalmente en los asociados. Tanto en los de siempre, como en los del futuro. Un guiño a los de siempre ha sido la decisión de dejar las páginas a dos columnas, en vez de a tres como se venía haciendo tradicionalmente, con la intención de que la lectura sea más cómoda para los lectores. En cualquier caso, la Revista y su Comisión, se encuentran abiertos a recibir cualquier tipo de observación que pueda suponer una mejora para la misma.
CONCLUSIONES:
La ingeniería naval, con una visión de futuro, crece ante la imparable evolución del sector. Su compromiso con el medio ambiente, junto con la asunción de nuevos retos y tecnologías la convierten en una disciplina viva e innovadora, que ha logrado marcar su tiempo sin tener que renunciar a una historia ya milenaria. Con su ejemplar número mil esta revista se ha renovado, persiguiendo el objetivo de convertirse en la publicación líder del sector marítimo en España. Junto con esta renovación se ha llevado a cabo una transformación de la imagen de la revista como reflejo de un compromiso con el futuro, queriendo impulsar una imagen más moderna y renovada de la revista, que la haga más atractiva y dinámica, tratando de incrementar los contenidos técnicos y las aportaciones del conocimiento experto de sus asociados u otros profesionales que se considere adecuados.
Desde que empezaron a editarse en 1929 en Cartagena, las páginas de la Revista “Ingeniería Naval” han sido, a lo largo de estos mil ejemplares, el cauce para la publicación, en número, de más del triple de artículos técnicos que de revistas, que ya forman parte del currículum de muchos profesionales en nuestro país. Es difícil encontrar a un ingeniero naval que no conserve en sus estanterías, o al menos en su memoria, algún ejemplar de la RIN, ya que siempre fue el medio principal de comunicación de la construcción naval en España. Mirando al pasado, a los tiempos de formación en las escuelas o universidades, casi siempre viene a nuestra mente aquella imagen de libros, apuntes o manuales, con los que era raro que no se mezclara algún ejemplar de la revista que incluía algún artículo técnico relacionado con las materias cursadas para la obtención del título.
Finalmente, se debe destacar que la labor técnica-didáctica de la revista se ve complementada con los congresos anuales de ingeniería naval que se realizan en España, y que se han convertido en certámenes públicos en los que se valora, en relación con la ingeniería naval, la innovación y la originalidad, la aportación tecnológica, y la proyección que proporcionan los trabajos allí presentados. Este año la ciudad de Coruña, del 20 al 22 de octubre, será testigo de este nuevo acontecimiento.
¡HASTA DENTRO DE TRES SEMANAS!
Muchísimas gracias por el cariño con el que han redactado las intervenciones de mi querido abuelo en esta apasionante aventura de la Ingeniería Naval.
Un abrazo enorme
María del Rosario Hermida Fernández-AVILA
Nieta mayor de Don Aureo
Muchas gracias a ti Rosario.
Y un honor saludarte.
Saludos
Gracias Raúl. Aunque ultimamente te escucho con los audios que nos envías de la COPE en el coche, intento leerte, que sigue siendo mas gratificante y de paso te agradezco todo este trabajo que haces y que creo que todos te agradecemos. Un abrazo.
PD.- El artículo de 10, como siempre.
Muchas gracias Antonio. Un abrazo
Muchísimas gracias Raúl. Has conseguido que me sienta aún más orgulloso de mi abuelo Áureo!
Un abrazo
De nada. Ha sido un honor…
¡Qué maravilla Raúl!
Gracias
Muy interesante Raul
Gracias Paz
Muy interesante, como siempre
Gracias rafael
Hola. No tenía ni idea de que ya iban por el número 1000. impresionante!
Gracias Alicia
Fantástico artículo. Me ha gustado mucho
Gracias Rodrigo
Como siempre muy interesante tus aportaciones Raúl. Enhorabuena!👏
Gracias Ricardo….
Qué maravilla Raúl, muchísimas gracias!!!!
Un orgullo y honor grandioso!!!
Yo quiero un ejemplar por favor!! Dime cómo lo puedo conseguir
Gracias Áureo. Intentaré que te llegue….
Buenos tardes Raúl,
Enhorabuena por el artículo. Gran trabajo el que hay detrás…
Un saludo,
Gracias