Asociación Española de Empresas de Amarre, de profesión amarrador
Entrevista Cope+Galicia martes 26/01/21:
En la parte del negocio marítimo controlada desde tierra firme es habitual encontrar a profesionales de la mar, con experiencia en embarques, dedicados a llevar a cabo operaciones de índole marítima. Por ello, las autoridades y los operadores de los puertos seleccionan a marinos cualificados para que lleven a cabo diferentes tareas, entre ellas las del “amarre” de los buques. La automatización, las reducciones de las tripulaciones, el continuo aumento del porte de los buques, y la consecuente mayor vulnerabilidad de los barcos a los efectos de vientos y corrientes, exigen que los servicios de amarre de los puertos deban ser cada vez más adecuados a estas nuevas necesidades, y además sirvan para evitar incidentes y accidentes en las operaciones de amarre y desamarre. Conscientes de estas necesidades, los comités de seguridad marítima tradicionalmente han reconocido la inexistencia de guías unificadas referentes a los niveles mínimos de formación y entrenamiento exigibles al personal de amarre, a lo que se ha sumado una tendencia creciente de los gobiernos a privatizar los servicios portuarios marítimos, introduciendo la competencia entre los prestatarios de los servicios, con los riesgos que esto conlleva. Fruto de esta casuística, a lo largo de la primera década del siglo XXI nacieron diferentes directrices al respecto, y en España, desde 1991 la “Asociación española de empresas de amarre (AEEA)”, única asociación que agrupa al sector empresarial del amarre y a la actividad portuaria del amarrador en nuestro país, trabaja en defensa de un servicio de amarre profesional y seguro, al servicio de todos sus asociados y clientes, de la Comunidad Portuaria, y de la Administración en general.
Introducción al amarre:
Cuando un buque ocupa su atraque para llevar a cabo las operaciones de carga y descarga, queda a merced de las condiciones atmosféricas de viento y corriente del lugar, las cuales le obligan a ser amarrado al muelle. Si a ello le sumamos que, del total de la vida operativa de los buques, una buena parte de esta (en torno a un 25 %), permanecen atracados en puerto realizando tareas de carga y descarga, nace la evidencia de la elevada importancia económica que adquiere la fase portuaria durante la vida operativa del buque.
A esta importancia se añade la necesidad de poder disponer en buques y muelles de sistemas de amarre modernos, seguros y ágiles que ayuden a reducir estos costes y la aparición de incidentes, ya que los accidentes en las operaciones de amarre desembocarán en consecuencias muy graves, tanto para el personal involucrado, como para la integridad de los buques y de su carga. Por ello se hace necesario el poder demostrar la importancia de la fase portuaria en el contexto de la vida operativa del buque, con el objetivo de poder cualificar la profesión de los amarradores, estandarizar la normativa de seguridad marítima aplicable y en definitiva, promover la profesionalización en la prestación de los servicios técnico-náuticos.
La finalidad de las amarras es mantener al buque fijo en una posición, atracado a un muelle, amarradero, a otra embarcación, etcétera. También pueden usarse para modificar dicha posición o como auxilio para maniobras de atraque o desatraque. Se entiende por servicio de amarre de buques a aquel servicio portuario cuyo objeto es el de recoger las amarras de un buque, portarlas y fijarlas a los elementos dispuestos para este fin, siguiendo las instrucciones del capitán del buque, en el sector de amarre designado por la autoridad portuaria (AP), en el orden conveniente para facilitar las operaciones de atraque, desamarre y desatraque. Igualmente se entiende por servicio de desamarre de buques a aquél cuyo objeto es el de largar las amarras de un buque de los elementos de amarre siguiendo las instrucciones del capitán. Se debe recordar que, durante el servicio, corresponde al capitán del buque el mando y la dirección de cualquier maniobra, y el servicio de amarre y desamarre se debe prestar a solicitud de los interesados.
Asociación española de empresas de amarre (AEEA):
La AEEA trabaja desde 1991 en mejorar y actualizar la escasa normativa existente en nuestro país relacionada con la profesión de amarrador, para que se pueda navegar con rumbo a una estandarización de la normativa que garantice unos requisitos mínimos de cualificación y capacitación del personal de amarre. Es la única asociación que agrupa al sector empresarial del amarre y a la actividad portuaria del amarrador en España. Está compuesta por 28 empresas asociadas que trabajan en 30 puertos principales (prácticamente en dos tercios del total de puertos de interés general), y representa a más de 600 amarradores. AEEA es miembro tanto de la Asociación Europea de Amarradores (EBA) con sede en Amberes, como de la Asociación Internacional de Boteros y Amarradores (IBLA) con sede en Roma. Asimismo, también tiene presencia en numerosos foros nacionales e internacionales, y en diversos Consejos de Navegación.
Entre los fines de AEEA se encuentra la coordinación entre las diversas empresas y la defensa del sector del amarre de buques en particular y la de los servicios técnico–náuticos en general, pero uno los más destacables es el referente a la formación y cualificación de los amarradores, la seguridad marítima y en definitiva la profesionalización y búsqueda de los más altos estándares en la prestación del servicio de amarre.
La AEEA lleva a cabo asambleas anuales en las que hace examen de la situación del mundo del amarre. A modo de ejemplo, se puede destacar que, en la asamblea anual de 2019, celebrada en el puerto de Castellón, en uno de los puntos de la citada asamblea, se analizó y debatió, sobre la solicitud de ingreso en la AEEA de la sociedad “Amarres de Ceuta”, la cual se aprobó por amplia mayoría. Con este ingreso, el censo de amarradores en toda España se elevó a los 619. También fue de significar que a aquella asamblea asistió por vez primera desde su ingreso la empresa “Amarradores del Puerto y Ría de Ferrol”. Respecto a la última asamblea, la de febrero de 2020, se puede reseñar que en ella Jesús Caicedo, presidente de la AP de Almería, puso en relieve la gran labor que realizan los amarradores de buques, una labor fundamental para la seguridad marítima, que no siempre es conocida ni lo suficientemente reconocida por la sociedad. Caicedo recalcó que el papel del amarrador es de suma importancia en las operaciones de atraque de los barcos, ya que, una vez que un buque llega a su muelle de atraque para cargar y descargar mercancías, o para que embarquen y desembarquen pasajeros, es responsabilidad de los amarradores el que dichas operaciones no se vean en peligro por el viento, el oleaje o las corrientes. Además Caicedo incidió en que la vida útil de los buques dependerá en parte de las buenas prácticas marineras de los amarradores involucrados en sus maniobras de atraque y desatraque.
Guía “IMO 2005” sobre los estándares profesionales y formativos exigibles al personal de amarre:
La técnica asociada al amarre y al fondeo ha acompañado a la historia de la navegación desde sus inicios. Tal vez por ello el objetivo de esta guía era el de proveer a los gobiernos miembros, autoridades portuarias (AAPP), e industria portuaria, de un nivel óptimo de competencia en los puertos que asegurara que los buques pudieran entrar, permanecer y salir de puerto con seguridad y eficacia. Para dotar a los amarradores de ese nivel, la guía indica los contenidos mínimos exigibles a aquellas personas que deseen formar parte de los servicios de amarre.
Además, esta guía indicaba que todo el personal de amarre en tierra debería superar un examen médico (incluyendo agudeza visual), y tendría que poseer soltura acuática, es decir, saber nadar. Entre los contenidos formativos requeridos destacaban los siguientes:
- Conocimiento sobre terminología marítima, nudos y empalmes.
- Medidas a tomar en casos de colisiones y varadas.
- Acciones de emergencia en caso de vertidos.
- Conocimientos básicos sobre los efectos de mareas, vientos, y fondeos.
- Conocimiento básico de normativa de navegación y portuaria, referente a ordenación de muelles, limpieza, policía, etcétera.
- Conocimiento del Convenio Internacional de Prevención de Abordajes (RIPA) en lo referente a balizas y boyas.
- Conocimiento de la documentación relativa a lanchas y plataformas de amarre.
- Conocimientos básicos de los diferentes tipos de buques y sus dimensiones, así como de los procedimientos de atraque y desatraque, y del funcionamiento de los cabrestantes, maquinillas, equipos de manejo de carga, etcétera.
- Conocimientos básicos en aspectos relacionados con la seguridad marítima.
- Adicionalmente se exigía que los amarradores que prestaran servicios en lanchas deberían poseer conocimientos básicos del funcionamiento de los motores y de los sistemas eléctricos a bordo.
Errores frecuentes detectados en el amarre:
Probablemente la profesión de amarrador sea un trabajo poco valorado por la sociedad en general, pero se debe destacar que se trata de una profesión mucho más complicada y peligrosa de lo que pueda parecer inicialmente. Al riesgo de poder ser golpeado por una estacha (o amarra), se une el buque, un artefacto muy peligroso, sobre todo en movimiento. Y por si no fuera suficiente, a estos peligros se pueden sumar las inclemencias meteorológicas, como la lluvia y el viento, que pueden hacer aún mucho más complicadas estas maniobras. Finalmente, a veces puede existir en las cercanías de la maniobra una grúa o camión en movimiento que se quiera unir a la fiesta. E incluso escapando de todos estos riesgos, siempre puede aparecer un firme o pavimento en mal estado que nos haga tropezar y caer.
Evidentemente estos peligros van a depender de muchos factores: del porte de los buques, de las condiciones climatológicas, del estado de las estructuras, de la proximidad de otros buques, del material de las estachas, de las mareas, etcétera.
Generalmente, el estado de las estachas va a depender del personal de los buques. Los siguientes son ejemplos de peligros existentes en el uso de amarras:
- Zona de amarre obstruida por estachas, comprometiendo la seguridad.
- Estachas en mal estado (por abrasión externa, por roces en el laboreo, por el calor, etcétera).
- Presencia de hielo en las amarras.
- Estachas trabajando en dirección incorrecta (por ejemplo, ángulo incorrecto de salida de la estacha hacia la guía).
Sistemas novedosos de amarre:
En los últimos años han surgido nuevos y revolucionarios sistemas de amarre en los buques que han roto con la tradición histórica, al prescindir en parte o en su totalidad, de las tradicionales amarras. Estos nuevos sistemas presentan las siguientes ventajas:
- Reducen el número de accidentes acaecidos en las maniobras por ruptura de las estachas, lo que conlleva intrínsecamente una reducción de los accidentes del personal involucrado en las citadas maniobras, lo que a su vez conlleva un ahorro en coste (seguros, gastos médicos, etcétera).
- Incrementan la velocidad de las operaciones de atraque y desatraque, lo que redunda en ahorros de tiempos en las operaciones de carga y descarga.
- Mejoran la maniobrabilidad del buque mientras se realiza el atraque.
- Son muy versátiles, por lo que pueden instalarse en la mayoría de los muelles.
- Poseen sistemas automáticos de control de las tensiones existentes en las estachas, con funciones de alarma y aviso.
- Algunos de estos sistemas ya están certificados por las Sociedades de Clasificación (SC).
De estos nuevos sistemas se van a destacar dos: los sistemas de amarre por vacío, y los sistemas hidráulicos. Los primeros serían los automáticos y exentos de amarras, propiamente dichos. Estos sistemas de amarre por vacío, que ya existen en algunos puertos y países con gran movimiento de buques de pasaje, se caracterizan por el uso de unas ventosas que sustituyen a las tradicionales amarras, y aportan las siguientes ventajas:
- Eliminan el riesgo de accidentes en las dotaciones de los buques por manipulación de las estachas, ya que no existen en este tipo de disposición de amarre.
- Controlan permanentemente las cargas ejercidas sobre las amarras de forma automática, incluso ante la aparición de caídas del sistema por falta de energía. Se puede decir que son sistemas diseñados a prueba de fallos.
- Aprovechan de forma muy satisfactoria el uso del muelle debido a que el buque ocupa menos metros lineales de muelle que en el amarre tradicional, al no necesitarse utilizar el espacio que tradicionalmente ocupaban las amarras que se daban por largo por proa y popa, y gracias a que los extremos de los barcos podrían sobresalir de los muelles una vez atracados.
- La operación del amarre, o más bien del trincado en este caso, se realiza de forma muy rápida, incluso en menos de un minuto. Y el desamarre se realiza aún de forma más rápida, lo que conlleva reducciones de los tiempos de maniobra y evita retrasos en el abandono de los muelles, es decir, se reducen los tiempos de estadías.
- Reducción del tiempo necesario de uso de remolcadores y prácticos.
- Desde el punto de vista del medio ambiente, se obtiene un amarre rápido, lo que implica menor tiempo de funcionamiento de la propulsión del buque y de los remolcadores, lo que significa menores emisiones contaminantes en los puertos.
- Estos sistemas de amarre por vacío exigen poca demanda de energía eléctrica, lo que redunda en una mejora medio ambiental.
Por todo lo aquí expuesto, se podría llegar a pensar que los sistemas tradicionales de amarre, mediante el uso de estachas, se están quedando desfasados con el nuevo enfoque que se percibe hoy en día en la industria naval. Por ello podría ser factible que, en un futuro, aunque de momento no muy cercano, la mayor parte de los puertos empezaran a dotarse de los equipos necesarios para el amarre por vacío mediante el uso de ventosas. Pero hasta la llegada de ese hipotético momento, puede ser que sistemas híbridos, basados en la hidráulica, se asienten como una solución intermedia, sobre todo por lo referente al menor coste. Los sistemas de amarre hidráulicos, conocidos como “Shore-tension”, reducen el movimiento del buque provocado por el viento, las corrientes u otros buques que puedan pasar cercanos al buque atracado. Trabajan como un sistema de amarre hidráulico automático en el que unas válvulas de control aseguran que la tensión de las líneas de amarre no supere la carga de seguridad de las estachas y norays del muelle. Gracias a esto, todas las líneas de amarre mantienen la misma tensión, lo cual mejora la disposición del amarre. Las ventajas que aporta este sistema son las siguientes:
- Evita que las líneas de amarre rompan, con lo que supone respecto a la reducción de costes, accidentes y el número de estachas necesarias.
- Garantiza la seguridad del buque.
- Reduce el problema de la mar de fondo existente en el interior de algunos puertos.
- Compensa el problema de succión creado por los buques que pasan cercanos.
- Aumenta la velocidad de carga y descarga.
- Es versátil y puede ser instalado sobre cualquier muelle.
- Puede suministrar una tensión alta constante.
- Posee sensores que registran las tensiones en las estachas.
- Está registrado por las SSCC.
Resolución de 11 de octubre de 2006 relativa a la aprobación del pliego regulador del servicio portuario básico de amarre y desamarre de buques en España:
Cuando la utilización del servicio de amarre es obligatoria, por razones de seguridad marítima y en cada ubicación, se establece el uso obligatorio de dicho servicio en función de las condiciones y características de las infraestructuras portuarias, del tamaño y tipo del buque, de la naturaleza de la carga transportada y de las condiciones océano-meteorológicas.
Para la prestación del servicio de amarre y desamarre de buques se exige la obtención de la correspondiente licencia, que otorgan las AAPP, siempre de carácter específico y por el sistema de libre concurrencia. Esta licencia posee el plazo que determine la citada AP y no puede exceder del período máximo de ocho años previsto en la Ley 48/2003, aunque podrán ser renovables.
El servicio de amarre y desamarre de buques se prestará de forma regular y continua, debiendo estar operativo las veinticuatro horas del día durante todos los días del año, salvo causa de fuerza mayor, y en las condiciones que establezcan las prescripciones particulares. El prestador del servicio deberá dar cobertura a toda demanda razonable y prestar el servicio en el ámbito geográfico portuario que corresponda a cuantos usuarios del puerto lo soliciten, siempre que hayan sido autorizados previamente por la AP para el atraque, desatraque o fondeo, y en condiciones no discriminatorias. Además al servicio de amarre se le exigirá obligación de cooperar en las labores de salvamento, extinción de incendios, lucha contra la contaminación, así como en prevención y control de emergencias y seguridad del puerto.
En 2016 la OMI aprobó los requisitos mínimos para la formación de los amarradores, unificando los requisitos mínimos para acceder a la profesión en todo el mundo, lo que según la AEEA supuso un gran paso adelante en la lucha por el logro de unos servicios de alta calidad y seguridad. En aquel momento AEEA destacó el reconocimiento internacional de la profesión, la exigencia de formación y conocimientos mínimos, la fijación de la actividad como una profesión que se realiza en tierra y mar, y el reconocimiento de que se trata de un servicio portuario de seguridad marítima. Se debe reseñar que el documento aprobado en 2016 fue promovido por la AEEA, aunque inicialmente la posición de los amarradores españoles era más estricta y exigente en lo referente a los criterios mínimos exigibles. En cualquier caso, consideraron importante el logro conseguido de que se hablara del personal de amarre de forma global, sin diferenciar a los amarradores de tierra de los de a flote.
Titulación exigente para ser amarrador de buques (MAPN0310, amarre de puerto y monoboyas; RD 1533/2011, de 31 de octubre, modificado por el RD 622/2013, de 2 de agosto):
Dentro de la formación profesional (FP) “Marítimo/Pesquera”, existe la cualificación asociada de “amarre de puerto y monoboyas”. La función principal y competencia general de este certificado de especialidad, perteneciente al área profesional de pesca y navegación, abarca el ejecutar las operaciones de amarre y desamarre de buques a puerto y monoboyas, así como de conexión y desconexión de mangueras en monoboyas, respetando las condiciones de seguridad y observando la normativa aplicable en estas operaciones.
Para llevar a cabo esta función se desarrollarán las siguientes tareas:
- Realizar las operaciones de amarre y desamarre de buques en puerto.
- Realizar las operaciones de amarre, conexión/desconexión de mangueras y desamarre de buques a monoboyas.
- Contribuir a las operaciones de cubierta en una embarcación pesquera.
- Actuar en emergencias marítimas y aplicar las normas de seguridad en el trabajo.
Como requisitos de acceso, para poder optar a obtener este certificado, por ser de nivel 1, no se exigen requisitos académicos ni profesionales, aunque sí se han de poseer las habilidades de comunicación lingüística suficientes que permitan el aprendizaje.
Las personas que obtengan este certificado podrán desarrollar su actividad profesional, por cuenta ajena, en empresas de amarre de buques, ya sean de naturaleza pública o privada. Dependerán funcional y jerárquicamente de un superior y su actividad profesional estará sometida a regulación por la Administración competente. Podrán ocupar puestos de trabajo relacionados con amarrador, amarrador de monoboyas o marinero.
Para obtener el certificado deberán superar los siguientes módulos:
- Labores de cubierta en buque de pesca (30 horas)
- Amarre y desamarre de buques en puerto (50 horas)
- Amarre, conexión/desconexión de mangueras y desamarre de buques a monoboyas (50 horas)
- Seguridad y primeros auxilios a bordo (60 horas)
- Módulo de prácticas profesionales no laborales de Amarre de puerto y monoboyas (40 horas)
¡HASTA LA PRÓXIMA!
Soy amarrador portuario tengo 3 años de experiencia y quiero trabajar soy de Colombia
Hola. No es a lo que dedicamos. ¡Pero que tengas suerte!
Muy interesante!! Sobre todo los nuevos sistemas. Un abrazo.
Gracias Carlos. Un abrazo
Brillante entrevista.
Gracias Pedro
👌🏻👌🏻muchas gracias Raúl, ni la pandemia puede contigo
Muchas gracias Jose
Muy buen reportaje. Como siempre! Abrazos
Gracias Salvador. Un saludo
Un paso más para dar a conocer una extraordinaria profesión
Gracias Javier, así es. Saludos
Buenas Tardes Raul:
Muy interesante el articulo, sobre todo los nuevos sistemas de amarre hidráulico y de vacío. Gracias por documentarnos. Un abrazo desde el bajo Aragon.
Andrés
Gracias Andrés. Tu siempre a pie de cañón para ser el primero en comentar…..Un abrazo