Buques Teatro propulsados por el Viento: Naumon y la Naumon
Entrevista Cope + Galicia del 18/01/22 a las 1310h:
Se podría considerar que un buque teatro hace referencia a un barco dedicado totalmente a llevar a cabo obras teatrales. En España existen dos barcos mercantes que han sido dedicados enteramente a espacios teatrales, el Naumon y la Naumon. Como es de suponer, el parecido de sus nombres, a los que solo diferencia el género del término, no es una simple coincidencia. Estos buques teatro, uno de reciente adquisición en el mercado de segunda mano, y el otro que acaba de iniciar su desguace, serán y han sido utilizados por el grupo teatral catalán La Fura dels Baus para desarrollar un proyecto de Tetralogía Anfibia, durante cuatro años, en los que el Naumon navegará y navegó por varios continentes, y ahora además propulsado parcialmente por una vela rígida que reducirá su consumo de combustible.
Introducción:
En los años ochenta, uno de los transbordadores más antiguos de Canadá, el Kipawo, botado en 1924, fue convertido en buque teatro por una compañía llamada Ship´s Company después de que su propuesta de museo fracasara en tierra firme. El Kipawo terminaría siendo varado, y dedicado a tareas teatrales y museísticas.
Si bien es verdad que por los mares del mundo existen grandes buques de pasaje, con zonas destinadas a proyección de películas cinematográficas y ejecución de obras teatrales y grandes espectáculos, es mucho más difícil encontrar buques dedicados al teatro en su totalidad.
El primer Naumon:
El Naumon es un proyecto único, nacido de la mezcla de un barco de carga, y del deseo de llevar a cabo espectáculo. Este antiguo mercante rompehielos noruego, de apenas 60 metros de eslora, casi siempre se utilizó como show boat, bien para llevar a cabo espectáculos en su interior, en cubierta o en las bodegas, o bien para realizar grandes eventos con los espectadores en los muelles. El barco casi siempre ha navegado en lastre, sin más carga que la propia de los pertrechos de los espectáculos.
Anteriormente el barco, se llamó Horsa y Arold, y fue botado en Noruega en 1965. Durante su primera etapa como buque mercante se dedicó a la navegación de cabotaje por los mares del norte de Europa, hasta que, en el año 2003, la Fura dels Baus lo escogió para hacer realidad su proyecto de convertirlo en un barco dedicado a hacer eventos. Para llevar a cabo este proyecto el buque fue reacondicionado para poder convertirse en teatro y que pudiera alojar público. Como no pudo convertirse en un buque de pasaje, por exigencias de las normativas, se tuvo que convertir en un buque “no-convencional”, adaptado para poder realizar espectáculos en su interior en puerto.
Astilleros Freire, en Vigo, se encargó de llevar a cabo la conversión del buque. Esta básicamente consistió en llevar a cabo los trabajos exigidos por la Sociedad de Clasificación DNV (Det Norske Veritas), para poder mantener la clase, ya que el barco se encontraba muy deteriorado estructuralmente. Se construyó un nuevo mamparo de colisión hasta la cubierta superior, y para llevar a cabo las obras que interesaban a la compañía teatral, se cortaron las brazolas, se creó una nueva cubierta para uso de los actores, y se fabricaron nuevos accesos para que hasta mil personas pudieran acceder a la bodega.
También se dotó al buque de nueva grúa y un nuevo palo para llevar a cabo los espectáculos. Adicionalmente hubo que añadir lastre fijo al buque, en varios tanques, para corregir los problemas de estabilidad. Finalmente, el Naumon pasó a bandera española, inscribiéndose en el Registro Especial de Canarias (REC), dándose de baja en el registro de conveniencia de San Vicente y Granadinas (isla del Caribe).
Dos años después, en 2005, el Naumon volvió a Galicia, a Coruña, para dar el pistoletazo de salida de la Volvo Ocean Race y poder presentar un evento inolvidable. En él, un farero acompañado por un gran cañón de luz dio paso a la primera de las escenas que conjugaron el folklore tradicional gallego con el estilo teatral de La Fura. Los episodios se sucedieron hasta que emergió la figura de Carlos Núñez desde la bodega del barco, para interpretar una pieza en solitario.
Pero lo más espectacular llegó cuando una gran grúa catapultó a una treintena de actores por los aires, por encima del público, tras los que aparecieron dos gigantes, uno simbolizando al «marinero eterno» y el otro a una mujer anfibia, de cuyo interior nació otro ser. La Fura logró también recrear el fenómeno de la emigración gallega por vía marítima, empleando el simbolismo de personajes fantásticos, y utilizando su sello particular, en el que siempre aparecen figuras de enormes dimensiones que destacan desde la lejanía.
Pero, aunque la idea del director de la Fura cuando compró el Naumon era realizar un proyecto de cuatro años, en el que el primer año el buque navegaría por el Mediterráneo, el segundo por África, el tercero por América y el cuarto por Asia; los planes se truncaron. Los altos costes de mantenimiento del barco provocaron que los primeros años solo se efectuaran viajes a Génova, Venecia, Beirut, Newcastle, y por las costas españolas, pasando el Naumon la mayor parte de su vida operativa inicial atracado en su puerto base, Barcelona.
La gran travesía del Naumon de Barcelona a Taiwán, y el accidente:
Marc Reig Creus, quien fuera primer oficial del buque durante más de un año, indica que en 2007 el ayuntamiento de Kaohsiung contrató al Naumon para hacer el espectáculo de fin de año de la segunda ciudad más importante de Taiwán. Aunque en ese momento el barco no estaba en el estado ideal para hacer este tipo de navegación tan exigente, el reto fue aceptado. Para ello primero se tuvieron que pasar las inspecciones pendientes para renovar los certificados, así como inspeccionar el eje de cola, timón, válvulas de fondo, escantillado de cadenas, etcétera.
También se certificó el barco con una nueva sociedad de clasificación para reducir costes, un trámite obligatorio para poder cruzar el canal de Suez. Incluso se mejoró la habilitación, creando tres nuevos camarotes, a fin de que los 9 tripulantes mínimos exigidos pudieran tener uno propio. Iniciado el viaje, todos los obstáculos se fueron superando sin ningún contratiempo, pero como el Naumon solo disponía de una autonomía de 20 días, tuvo que hacer escala en Port Saíd (Egipto) y en Colombo, la capital de Sri Lanka, antes de llegar a Taiwán.
Pero cuando la nave se encontraba cerca del destino final, y después de más de un mes de navegación, estando cerca de Singapur, un buque Ro-ro cortó la proa del Naumon, colisionando con él por el través del costado de babor del buque ro-ro. Debido a ese golpe el Naumon giró sobre sí mismo por la fuerza de la colisión y volvió a colisionar su aleta de estribor con el costado de babor del barco ro-ro. Una vez la situación del Naumon se estabilizó, intentó comunicar por el canal 16 con el buque ro-ro, pero este no respondió a la llamada, y tampoco el Naumon fue capaz de identificarlo por el AIS debido a la cantidad de tráfico existente en la zona. Después de analizar la situación de daños se decidió que el barco podía continuar tránsito hasta el puerto de destino en Taiwán, y así se hizo.
A pesar del accidente, aparentemente la máquina del buque se vio poco afectada. El mayor problema lo creaban decenas de litros de agua que se colaban en el pañol de pintura debido a los desperfectos y a la presencia de los Monzones. Pero a pesar de todo, el barco llegó a destino a tiempo y 200.000 taiwaneses, junto a su presidente, disfrutaron del gran espectáculo preparado a bordo para despedir el año.
Pero cuando tocaron las doce de la noche, el baile se acabó y el Naumon volvió a ser la Cenicienta. El buque ro-ro se había dado a la fuga, y el seguro del Naumon no cubría un accidente como ese. Los organizadores del espectáculo propusieron hacer una recolecta entre los visitantes del barco, pero el dinero no llegó. El resultado era evidente, hasta que no se reparara el barco, este no podría abandonar el puerto.
Finalmente, dos meses después, el buque era reparado y partía para España. Pero al iniciar tránsito de vuelta, aparecieron problemas en el motor, y el buque tuvo que arrumbar a Filipinas, sin poseer cartas de navegación de esa zona. A pesar de todo atracarían sin novedad, y pasarían allí la Semana Santa. Abandonando Filipinas, advirtieron que la avería no se había solucionado, por lo que decidieron navegar en demanda de Singapur, para intentar solventar el problema, y hacer relleno de combustible. El trato profesional esta vez fue excelente en ese puerto, aunque tampoco allí se solucionó el problema de la temperatura de los escapes del motor y de los dos nudos de velocidad que se habían perdido.
Según indica el que fuera primer oficial, el Naumon en Singapur era como un enfermo, quien iba pasando por los especialistas, y todos le diagnosticaban un problema de la máquina, pero ninguno sabía curarlo. A finales de abril llegaron a Colombo, de donde salieron muy rápido, para empezar a sortear a los piratas de la zona, y poder llegar a la bahía de Suez a mediados de mayo. Por suerte el paso por el canal fue sin contratiempos, y ya estaban en el mediterráneo. Cruzarlo y llegar a Barcelona ya parecía un juego de niños.
Y aunque no lo fue tanto, finalmente el 17 de mayo, día de Las Letras Galegas, después de más de dos meses de travesía desde la salida de Taiwán, llegaban a Barcelona sanos y salvos. Eso sí, el Naumon volvía a casa seis meses después de su partida, y con 16000 millas más en su estructura.
El desguace del Naumon:
Pasada más de una década de su gran travesía, la empresa de desguace naval e industrial DINA, del grupo Redena y con sede en Bilbao, comenzó en 2021 el desguace del Naumon. El barco ya se encontraba desde marzo de ese año amarrado en puerto, tras 56 años de vida marinera, y en concreto los últimos 16, como teatro flotante. En principio, en 2020 tenía previsto iniciar una vuelta al mundo dotado de una vela rígida, para conmemorar el quinto centenario de la expedición Magallanes-Elcano, mediante convenio firmado entre el CSIC y la empresa bound4blue. Pero la llegada del fatídico covid19 dio al traste con el proyecto, e incluso supuso el comienzo del fin del viejo Naumon, que ya se encontraba lastrado con múltiples problemas económicos.
Por ello en octubre de 2021, el aizkolari Iker Vicente Saralegi participó en el desguace a hachazos de la proa del Naumon, escenificando un corte simbólico que indicaba el comienzo del desguace del buque en aguas de Barakaldo. Saralegi, campeón de Euskadi de tala de troncos, cortó parte de la superestructura del buque, que posteriormente fue izada con una grúa.
De esta manera, en acto organizado por Carlus Padrissa, director creativo de La Fura dels Baus, la nueva nave Naumon despedía al viejo buque, tal como indicó su director. Expuso que la Naumon es una metáfora de la nave del mundo (significado en catalán), en la que todos deben remar en el mismo rumbo para poder escenificar el viaje alrededor del mundo de Magallanes y Elcano. Indicó también, que existen elementos del viejo buque que serán aprovechados en el nuevo, aún en fase de transformación, que se espera que sea un buque sostenible y ecológico.
La Naumon:
El nuevo buque que sustituirá al Naumon y que la Fura ha bautizado en femenino como La Naumon, es un viejo barco comprado en Alemania, con una eslora similar al antiguo. En Astander, un astillero cántabro, se ha estado trabajando en un proyecto piloto para convertirlo en un barco ecológico que reduzca el consumo de combustible mediante una vela rígida, similar a la de un ala de un avión, pero plegable.
La Naumon se ha inspirado en el primer viaje alrededor del mundo de Magallanes y Elcano, e inicialmente navegará por puertos de España y Portugal intentando concienciar a los ciudadanos sobre el cuidado del planeta mediante espectáculos, conferencias y otro tipo de actividades. Este buque pretende ser centro de divulgación de la sostenibilidad, el cuidado de los océanos y la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible, a los que La Fura dels Baus ha añadido la lucha contra el racismo.
La cubierta de La Naumon será un gran escenario de más de 250 metros cuadrados, y cuya bodega, gracias a 18 contenedores pintados de colores, se ha transformado en un espacio para exposiciones y actuaciones con capacidad para 600 personas. Se espera, según sus creadores, que este buque tenga gran sensibilidad respecto al cambio climático y el desarrollo sostenible, y por ello se abrirá a todas aquellas personas interesadas en este tema. La propuesta de la Fura es hacerlo más sostenible volviendo a utilizar, como hizo Elcano, el viento, la propulsión tradicional, aunque esta vez solo de forma parcial como elemento propulsor.
El nuevo buque La Naumon, registrado con el número IMO 7819864, es un buque de carga general. Construido en 1979, actualmente navega bajo bandera de conveniencia de “St Kitts & Nevis”. Anteriormente navegó bajo los nombres de Daan (1996), Ideaal (1990), Meran (1989), y Carpe Diem (1979). Del viejo Naumon se reciclarán tanto la escalera como algunos motores, grúas y bombas de agua.
La idea es que este nuevo buque, aparte de poder efectuar grandes espectáculos en puerto en su cubierta y bodega, se convierta en un laboratorio flotante en el que se realicen pruebas de innovación para desarrollar nuevas energías limpias. En alta mar se convertirá en un banco de pruebas para investigadores que quieran explorar novedosas tecnologías para desarrollar nuevas energías y analizar el impacto en el planeta.
Otras innovaciones que navegarán con La Naumon en un futuro próximo serán un motor eléctrico de última generación ultra-eficiente y un foto-biorreactor que transformará las moléculas dañinas expulsadas por los motores en otras beneficiosas para el ecosistema.
Propulsión mediante la vela rígida española del La Naumon:
Inventos como el eSAIL, de la empresa española bound4blue, mediante una vela rígida permiten a los barcos ahorrar combustible y reducir sus emisiones. Esta empresa instaló en Astander su sistema eSAIL en La Naumon. La fabricación y puesta en marcha de este sistema de vela está cofinanciado por la Unión Europea. El proyecto tiene como objetivo potenciar la utilización del viento como medio para propulsar buques para ahorrar combustible y reducir la huella de carbono.
La vela rígida, de aluminio y fibra de vidrio, equipada con un mecanismo de abatimiento y un sistema de control autónomo, es una tecnología rentable y validada en el sector para cumplir con las regulaciones de reducción de emisiones de la OMI. Su instalación es rápida y sencilla, pero previamente se debe realizar un proyecto detallado de transformación del buque que debe ser aprobado tanto por la Sociedad de Clasificación como por el Estado de abanderamiento. Posteriormente, se lleva a cabo el refuerzo y los trabajos eléctricos, como paso previo a la instalación del sistema. Dicha instalación puede realizarse a flote, como es el caso de La Naumon, durante su estancia en dique seco o en cualquier otra escala de puerto ordinaria, pues la operación dura menos de un día.
En el caso de La Naumon, esta instalación aprobada por DNV-GL, se ha realizado en el marco del proyecto Greening the Blue, de varias empresas, en el que el astillero Astander ha participado en el proyecto liderando las actividades de instalación de la vela. La empresa alemana Lanitz Aviation ha probado materiales ligeros para su aplicación en el sector marítimo. Se espera que del resultado de este proyecto de instalación de una turbovela de 22 metros de altura se obtenga una reducción del consumo de combustible de hasta un 30%.
La vela de succión, además de auxiliar en la propulsión de La Naumon, también será una de las principales escenografías del teatro del viento. El director creativo de la Fura dels Baus indicó que desea que la primera vez que la vela sea desplegada se dedique ese momento al inventor del telekino, Leonardo Torres Quevedo, instante en el que aparecerá una ráfaga de viento mágico musical unida a un espectáculo de luz y pirotecnia. La Fura indica que se tratará de un espectáculo inmersivo y global, que hará vivir al espectador una realidad virtual como si fuera auténtica. ¡Y, avisan, buscan nautas dispuestos a embarcarse con ellos!
Aunque se trata de un proyecto de ingeniería español, los orígenes de la idea se remontan más de cien años, aunque eso sí, el proyecto actual posee ciertas mejoras, como por ejemplo la de la existencia de un sistema de vela orientable ovoidal, parecido al del ala de un avión, y fabricado con materiales ultraligeros de aviación. El misterio de la vela rígida radica en que en su interior alberga motores eléctricos que, cuando se encienden, succionan aire exterior. Este encendido provoca un efecto de sustentación, por diferencia de presiones, mediante un flujo de aire que rodea al buque y que sobrepasa su propia resistencia aerodinámica. La vela al exponerse al viento a un ángulo de ataque determinado produce sustentación y reduce la resistencia. Ajustando este ángulo, pueden controlarse la sustentación y la resistencia.
La fuerza de sustentación es hasta siete veces más potente que la de una vela convencional, lo que se traduce en que los motores del buque tienen que trabajar menos, lo que a su vez reduce el consumo, y por lo tanto la contaminación. En términos de ahorro, por otro dispositivo similar ya instalado en otro buque de 90 metros de eslora y navegando 220 días al año, se calcula un ahorro de unos 100.000 euros al año, así que el retorno de la inversión podría ser más bien rápido en el caso de La Naumon, cuyo coste de instalación rondará los 200.000 euros.
La empresa bound4blue:
Hace unos años David Ferrer, José Miguel Bermúdez y Cristina Aleixendri empezaron a diseñar una idea revolucionaria en la Universidad Politécnica de Barcelona, cuando todavía eran estudiantes de Ingeniería Aeronáutica, consistente en la instalación de alas de aviones en los barcos, a modo de velas. Aunque al principio parecía una idea descabellada, con el tiempo se dieron cuenta de que su idea podía tener alguna viabilidad, cuando en 2010 vieron por televisión la Copa América de Vela en aguas valencianas y observaron cómo una de las embarcaciones que disputaba la prueba poseía una vela rígida de 60 metros de altura, que a la postre ganaría la carrera.
El padre de Bermúdez comentó la posibilidad de introducir esta tecnología en buques mercantes para ahorrar combustible, pero la idea volvió a quedar en suspenso. Finalmente, cuando en 2015 la IMO advirtió a las navieras que para 2020 se incorporaría una nueva reglamentación para reducir las emisiones de azufre y de CO2 en el transporte marítimo, aquellos antiguos estudiantes decidieron poner en marcha y liderar una startup en Cataluña, aunque con sede en Santander, llamada bound4blue.
Una plantilla de catorce ingenieros aeronáuticos, mecánicos y de control, junto a analistas de negocios trabajaron en el diseño de una vela rígida capaz de ahorrar entre un 10% y un 40% del combustible que necesita habitualmente un barco y, al mismo tiempo, aumentar su velocidad. Pero para que la idea pudiera materializarse aun necesitaban dos socios más, un astillero que fabricara la vela y un buque donde instalarla. De esta manera bound4blue contactó con las empresas cántabras Astander y Degima, y la gallega Insenaval para desarrollar e integrar el dispositivo, y también encontró un barco para su vela, La Naumon.
La empresa bound4blue ha diseñado también la vela WAPS, diferente a la eSAIL, formada por un mástil vertical telescópico y retráctil. Alrededor de esa estructura se montan “unas costillas”, como las define el proyectista, David Ferrer, en horizontal. Entre cada una de ellas hay un panel plegable y la vela se va estirando a medida que las costillas se separan. El mecanismo de la vela la despliega en dos minutos y la pliega en uno y medio, tiempo suficiente para sortear obstáculos que puedan aparecer tales como grúas cuando se llega a puerto. Una de las características más importantes de la vela es que puede girar 360 grados para poder orientarse según el viento.
Además, la vela en ningún momento reduce la visibilidad en la navegación desde el puente, ni afecta al espacio disponible en el buque. Se debe destacar que el empuje obtenido por la vela es convencional, y no existe ningún tipo de conexión con el motor del barco. Simplemente cuando el viento sopla, la vela provoca el empuje. Tanto el mástil como la vela tienen un notorio parecido con las alas de los aviones. La diferencia radica en que en las aeronaves su posición horizontal proporciona una propulsión hacia arriba y en los barcos, al estar el ala en vertical, el impulso es avante.
A Cristina Aleixendri, citada anteriormente y una de las fundadoras de la empresa, cuando era niña no le gustaban las matemáticas, pero le explicaron que podían servir para cambiar el mundo. Entonces se decidió por ser ingeniera aeronáutica, y acabó encontrando esos problemas que le encanta resolver. Diseñando barcos generadores de hidrógeno, ella y sus socios concibieron una vela aerodinámica capaz de reducir el consumo de combustible hasta un 30% en todo tipo de barcos. Cristina explica que un sistema informático y un conjunto de sensores controlan y manejan la vela para obtener la máxima propulsión.
Mediterráneo, mar olímpico, en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Barcelona:
En los años 90 La Fura dels Baus recibió el encargo de elaborar el momento central de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Mediterrani, mar olímpic supuso una revolución en la tradición que hasta ese momento había definido los espectáculos de los Juegos Olímpicos, que se limitaban hasta ese momento a eventos muy tradicionales, y sin apenas contenido.
Por ello, por primera vez en la historia la marca de La Fura se aplicaba a un espectáculo que fue seguido en directo por miles de millones de personas, quienes disfrutaron de un espectáculo que presentó una puesta en escena arriesgada e innovadora. Aquel evento puso a la compañía teatral en las Olimpiadas de Barcelona 92 en la cima del espectáculo, mientras un buque surcaba el césped del estadio olímpico, que se había convertido en el mar Mediterráneo.
¡HASTA EL PRÓXIMO MES!
Como siempre tarde y arrastro, pero sin perderte de vista. Tendría que haber también una medalla para el último.
Muy interesante, Raúl. No me imagino los costos de mantenimiento de un barco que se dedica al teatro. Como se podrá mantener eso, aunque una parte importante como es el combustible, lo van a amortizar por ahí.
Muchas gracias por tú tiempo Raúl. Un fuerte abrazo.
Gracias Antonio, un abrazo
Buenas Tardes Raul:
Interesante tu articulo. Desconocia éste tema. La verdad que me ha encantado su lectura. Un abrazo desde el Bajo Aragón.
Andrés Joven Rivero
Muchas gracias Andrés
Un abrazo
Innovación, sería Espectacular tener no solo el arte del Teatro, si no también el de la energía no contaminante
Muchas gracias Walter
Vaya odisea la de el Naumon, no solo para llegar a su destino sino tambien para volver.
El diseño naval debe abrazar inciativas como la de la Naumon para continuar siendo uno de los pilares que sostienen nuestro mundo moderno.
Muchas gracias Diego, un saludo
Me uno a los comentarios anteriores
Proyectos donde se fundan la técnica, el arte ( a través del teatro ) y las pasión humana son el modelo al que deben tender en mi opinión no sólo la industria naval.. si nó toda la industria 4G o 5G !!
Que 2022 sea y seamos todos más felices !!
Muchas gracias Jorge!
Me ha atrapado la parte del texto en la que explicas el sistema eSAIL de vela rígida, y los azares de bound4blue. ¡Fantástico artículo de contenido ecléctico! Del teatro a la ingeniería y a la innovación y el emprendimiento ¡bravo!
Muchas gracias José Carlos!
Hola, Raúl.
Curioso barco el Naumon. Su actividad estaba bien enfocada ya que debería ser toda una experiencia asistir al espectáculo.
No tuvo mucha suerte en su trayecto.
Esperemos que la Naumon la tenga y pueda dar la vuelta al mundo con su innovadora vela.
Interesante artículo y muy bien explicado.
Saludos
Muchas gracias Saturnino
Un abrazo