Buque canguro de pasaje Ciudad de Valencia: el Último de Filipinas

Entrevista Cope+Galicia viernes 10/05/19 a las 1235 h:

El buque que da nombre al título de la entrada de esta semana perteneció a una serie de seis unidades conocida como “canguro”, muy famosa y querida, desde los años setenta hasta el año dos mil ocho. Este tipo de ferry ocupó un gran hueco dentro de la historia marítima española, particularmente en las rutas entre Barcelona, Valencia y las islas Baleares (Mallorca, Ibiza y Menorca). Estos barcos se utilizaban para las navegaciones tradicionales entre las islas y la península, pero con la llegada del año dos mil, aparecieron buques más modernos, que los fueron sustituyendo poco a poco (Fortuny, Sorolla, etc.), hasta que a finales de 2008, el Ciudad de Valencia, el último de los canguros, realizó su última singladura por nuestras aguas; aunque todavía dio algo más de guerra por otros mares y bajo otras banderas durante unos años más.

Introducción:

En el año 1972 la naviera Ybarra anunciaba la entrada en servicio del primer canguro, el “Cabo San Sebastián”, el cuál había sido construido en los astilleros valencianos de la Unión Naval de Levante. Se pretendía que cubriera la línea entre Barcelona y Génova, ruta que estaba siendo llevada a cabo en aquellos años por buques italianos, bautizados también como canguros, y culpables de que nuestra serie recibiera también ese nombre. Pero su primera travesía fue “Barcelona-Palma”, ruta que estuvo alternando con la de Génova hasta que cuatro años después llegara el segundo canguro, el “Cabo San Jorge”. Después, procedente del mismo astillero, aparecía el tercer canguro, “el Cabo San Martín”, pero ante la delicada situación económica de la época, fue recomprado por la compañía Trasmediterránea, que lo renombró como “Ciudad de Badajoz”. En 1980 llegó el cuarto ferry, el “Ciudad de Sevilla” y la “Trasme” se quedó en exclusiva con las rutas entre las islas y la península, comprando los canguros de Ibarra, y renombrándolos. De esta forma  el “San Sebastián” se convirtió en el “Ciudad de Palma”, y el “San Jorge” en el “Ciudad de Santa Cruz de la Palma”, buque que fue destinado a cubrir las líneas de Canarias. El año del mundial de fútbol en España, en 1982, entró en servicio el “Ciudad de Salamanca”, y en 1984, culminaba la serie de los canguros la sexta y última unidad, el “Ciudad de Valencia”, que estuvo navegando bajo ese nombre, para “Trasme”, hasta el año 2008, convirtiéndose en uno de buques insignia de la compañía.

Durante los treinta y seis años que los canguros surcaron nuestras aguas se convirtieron en barcos muy queridos, casi siempre asociados a viajes vacacionales a las islas. Muchas familias y estudiantes viajaron en estos buques para disfrutar de periodos de ocio, y en muchísimos casos suponían bautizos de mar para los integrantes de los viajes. Era muy frecuente que las familias llevaran su coche en el buque, aunque también existía quien prefería que el coche viajara en el buque, mientras él se desplazaba en avión.

Anécdotas de los Canguros:

Desde el punto de vista de los accidentes marítimos, la peor parte se la llevó el “Sevilla”. En 1982, dos años después de entrar en servicio, llegando a Palma, se quedó sin gobierno y varó en las proximidades del Palacio de Marivent. Estuvo sesenta días junto al castillo de San Carlos hasta que fue remolcado, y fruto de esta avería se tardó más de dos años en que fuera reparado.

Desde la faceta terrorista, el elegido fue el “Salamanca”. En 1984, cinco reclusos custodiados por la Guardia Civil secuestraron al Capitán Lorenzo Morata Socías. Cuenta Morata que los reclusos, con la excusa de pedir unos refrescos, en una travesía entre Valencia y Palma, hirieron y redujeron con un punzón a uno de los guardias y desarmaron posteriormente a los otros dos, los esposaron y los retuvieron posteriormente junto a tres tripulantes del buque que habían acudido al lugar. El capitán, al percatarse del hecho, avisó al radiotelegrafista y posteriormente se ofreció como rehén mientras se avisaba a las fuerzas de seguridad por radio. Relata Morata que el recluso más joven le puso una ametralladora en la cabeza y empezó a zarandearle diciéndole que él no podía ser el capitán, que era muy joven (en ese momento tenía 35 años), aunque finalmente se calmó y le creyó. En ese momento los reclusos le dijeron que pensaban huir al atracar en Palma y que le utilizarían como rehén, huyendo en su coche. En la dársena de poniente, después del atraque, todo transcurría con normalidad. La escapada fue espectacular, en un Simca 1200, que el propio capitán conducía. En un momento del trayecto, por La Rambla, se formó un atasco, probablemente intencionado y aprovechando la coyuntura Morata solicitó a los reclusos que se bajaran del coche y escaparan porque él ya había cumplido su parte del trato, y estos accedieron a la petición. Y un segundo después alguien abrió la puerta del Simca y se avalanzó sobre el capitán. En ese momento Morata exclamó que era el capitán, y a continuación el atacante le dijo que ya lo sabía, que le estaba protegiendo. Instantes después las fuerzas de seguridad detenían a los reclusos y al momento el atasco de tráfico se desvanecía.

El “Ciudad de Palma” destacó por varios motivos, buenos y malos. Por el lado negativo, en marzo de 1992, dos tripulantes fueron asesinados. Andrés Costoya Rivera, quien tuvo mando de Capitán en todos los canguros, era el capitán del momento y jugó un papel importante en aquel suceso. Los 241 pasajeros y 78 tripulantes del “Ciudad de Palma” descubrieron que dos marineros habían sido  acuchillados de madrugada, durante una travesía entre Tenerife y Cádiz. El único viajero ausente una vez llamados todos los pasajeros, fue descrito por el capitán como «un individuo de unos 50 años, de pelo negro y rizado, complexión débil y aspecto desaliñado, que portaba un machete en el bolsillo”, pero que nunca fue hallado en el barco. El sospechoso no fue encontrado en su camarote ni en ninguna otra parte del barco, por lo que se sospecha que se lanzó al mar después de cometer los asesinatos. Destacar, en referencia al mando de los canguros, que existe otro Capitán que también tuvo el mando de los seis buques. Se trata del marinense, David Cabodevila Fariña, ya retirado, y que llegó a mandar también el ferry construido en Barreras que relevó al canguro.

Pero por el lado positivo, en 1993, el “Ciudad de Palma” participaba en el primer programa del famoso concurso televisivo de TVE “¿Qué apostamos?”, presentado por Ramón García y Ana Obregón. En aquel programa, y entre otros, colaboraba el también célebre Joaquin Prat. El capitán Andrés Costoya, junto a sus oficiales, debía demostrar su pericia y ojo marinero al tener que maniobrar el buque en la dársena del puerto de Palma para conseguir estampar un sello en una postal firmada por la dotación momentos antes, valiéndose de una varilla situada en la proa del buque. Tras dos ejercicios de prueba (uno fallido por cierto), el Capitán superaba la prueba con éxito, en el momento definitivo, y en directo para las cámaras de TVE.

Con estos buques existió algún hecho más negativo, como algún suicidio famoso, pero también existieron otros grandes y célebres momentos. Entre ellos los que llevaron a los canguros al cine, con la película “Un genio en apuros”, filmada en parte a bordo de un ferry canguro en 1983, con actores de la talla de Antonio Ozores, José Luis López Vázquez y el famoso humorista catalán “Eugenio”.

En la actualidad, Costoya, ya con 67 años, y como práctico de Barcelona, considera que le ha llegado el momento de la jubilación, tras haber ya superado todas las expectativas de su vida, por lo que me comentaba estos días que a finales de este año espera arriar el ancla de la actividad laboral, y de forma definitiva.

Destacar que desde 2002 hasta 2018 “Acciona” se convirtió en el accionista principal de la compañía Trasmediterránea, por lo que los buques perdieron su característico color exterior del casco. El año pasado las acciones de Acciona pasaron al Grupo Armas, quien se convirtió en el accionista mayoritario.

EL “CIUDAD DE VALENCIA”: EL último de Filipinas

Este buque, botado en 1982, sexto y último buque de la serie, de 138 metros de eslora (como todos los gemelos), segundo de la compañía con el mismo nombre, también tuvo sus momentos de gloria, convirtiéndose en el buque insignia de la empresa. Su viaje inaugural fue en la línea Valencia-Palma. Al reanudarse en octubre de 1986 la línea Canarias-Cádiz-Málaga-Palma-Génova, el buque Ciudad de Valencia pasó a cubrirla en sustitución del Manuel Soto y alternó con el J.J. Sister y el Ciudad de Palma esta travesía. Al final el nuevo Juan J. Sister se adueñaría de esa línea a Canarias.

Memorable fue que en octubre de 1987 se realizara a bordo de este buque un sorteo extraordinario de la Lotería Nacional, conmemorativo del descubrimiento de América. Como anécdota de este acontecimiento se podría destacar que cuando se iban a instalar los bombos del sorteo en el salón del buque, se percataron de que no cabían por los accesos, por lo que tras conocer que habría climatología adversa para realizar el sorteo en exteriores, hubo que colocar bombos más pequeños en el salón interior del buque. También se podría citar que en 1996, y con motivo de la presidencia española de la Comunidad Europea, Trasmediterránea participó con el fletamento especial de este buque para celebrar a bordo un encuentro de los ministros comunitarios de Transportes.

Finalmente, al reestructurar la compañía los servicios de Baleares, al entrar en juego los buques de nueva generación, el Ciudad de Valencia y el resto de canguros pasaron a cubrir servicios del sur de la península con el norte de África, hasta que el 30 de agosto de 2008 el Ciudad de Valencia realizó su último viaje de Nador a Almería, siendo posteriormente amarrado en el puerto de Palamós para proceder a su venta. Al año siguiente fue adquirido por la naviera filipina Romblon Shipping Lines Inc. que lo renombró como “Mary the Queen”. El 11 de enero de 2010 zarpó hacia La Valetta y a principios de febrero de ese año inició su viaje a Filipinas. Una vez en Filipinas se registró en Manila bajo pabellón filipino.

A principios de junio de 2011 el “Mary the Queen” encalló en una noche de mar gruesa en la bahía de Manila con más de 1.000 pasajeros a bordo. A finales de 2012 y debido a las pérdidas que originaba su explotación, los propietarios decidieron fondearlo en la bahía de Manila y ponerlo a la venta. Para desgracias, el paso del tifón Glenda, en 2014, le hizo garrear, y el buque quedó varado en una playa; y en 2015 otro tifón le golpeó de nuevo.

Hace unos meses me llevé una grata sorpresa al leer un artículo de Javier Ortega Figueiral (a quien mando un saludo), titulado parcialmente “El último canguro resiste en Filipinas”. De su lectura extraje gran cantidad de información para elaborar esta entrada. Y en ese artículo de Ortega descubrí que el “Exciudad de Valencia” aún no ha sido desguazado. En una instantánea del fotógrafo Edison Sy se aprecia que el buque aún sigue a flote en Manila, y si se fijan, todavía portando el nombre que le asignaron en su botadura.

Como decía Javier Ortega, cruzarse de nuevo con el “Ciudad de Valencia” es como volver a encontrarse con un antiguo amigo. Un amigo que ya con los años ha perdido el glamour de los ochenta, pero que aún sigue vivo. Y es que aunque no lo he citado hasta ahora, este buque supuso mi bautismo marítimo en el año 1987, en un viaje de estudios del instituto, de Valencia a Palma. Años después, en 1993, la casualidad hizo que fuera de nuevo el primer buque en el que embarcaba como oficial en prácticas (alumno de náutica), y en esa misma ruta. Pero no fui el único oficial en prácticas que se inició en un canguro. La flamante primera capitana de la marina mercante de nuestro país, la canaria Mercedes Marrero Valero, también se estrenó en un canguro. En este caso, y cómo no, en el Ciudad de Santa Cruz de la Palma.

Y cómo no, Trasmediterránea no podía faltar en nuestro museo mediante la
maqueta que representa al ferry «FORTUNY», de diez cubiertas, construido en los Astilleros de IZAR en Puerto Real para la compañía en 2001. Posee una velocidad de 23 nudos (superior en dos nudos a la de los canguros) y puede transportar hasta 1000 pasajeros, 300 vehículos y 1800 metros lineales de carga rodada.

¡Hasta dentro de dos semanas!