Juan Ponce de León y la Fuente de la Eterna Juventud
La noticia de esta semana va enteramente dedicada a nuestro colaborador Ignacio Torres que la ha reproducido en gran parte y a la cual, con su permiso, he realizado unos retoques y modificaciones, y le añadido las imágenes.
Por lo que vi hace unas semanas, con relación a la noticia del pirata Davy Jones, ya sé que muchos habéis visto la saga de Piratas del Caribe. Por ello vuelvo a esa saga, y os recuerdo que en una de las entregas Jack Sparrow navega en busca de la Fuente de la Eterna Juventud. También quiero pedir perdón, porque si alguien espera encontrar una historia de un barco volador, ya anuncio que esta queda desplazada para dentro de un par de semanas.
Cuento esto porque hoy me falló el subconsciente, y la anuncié en vez de la que estáis leyendo ahora. Pero volviendo a nuestra historia de esta semana, según el guion, el agua tiene que beberse en dos cálices de plata que pertenecieron a Juan Ponce de León. Uno de ellos prolonga la vida en un número de años que se corresponde con los que se ha vivido y los que podría llegar a vivir la persona que bebe del otro cáliz. Esta es una licencia que se permite la película, pero la idea está basada en una leyenda como se verá más adelante.
El motivo de esta entrada es dar a conocer la figura de Juan Ponce de León, así como los dos grandes descubrimientos que hizo, de los cuales se cumplieron 501 años hace poco tiempo.
Mayoritariamente se acepta que Juan Ponce de León nació en Santervás del Campos, Valladolid, el 8 de abril de 1460. Fue paje en la Corte del rey aragonés Fernando el Católico tras la boda de éste con la infanta Isabel de Castilla. Combatió en la Guerra de Granada (1481-1492) dónde aprendió el arte de la guerra y tras la cual pasó a ser considerado como un valeroso y audaz caballero castellano. Acompañó a Cristóbal Colón en su segundo viaje en 1493 cuando tenía 32 años. Quedó fascinado por las cristalinas aguas del Caribe y la frondosidad y el verdor de aquellas tierras. Tal fue el impacto que causó en él aquella visión que menos de una década más tarde volvió con el gobernador Nicolás de Ovando, y en 1502 se instaló en La Española.
Su notable valentía y buena conducta se recompensaron con varios cargos entre los que se incluye el de primer gobernador de Puerto Rico. Durante sus años en la isla fue cuando escuchó las leyendas que hablaban de una tierra situada al norte en la que se encontraban extraños manantiales que concedían la juventud eterna y, aunque había hecho buena fortuna, sus ansias de aventura fueron las que le llevaron a organizar una expedición en su búsqueda.
Antes de continuar me gustaría decir que no hay constancia fehaciente de que el auténtico motivo del viaje fuese la búsqueda de los manantiales de aguas purísimas. Gonzalo Ferrer de Oviedo en 1535 y Francisco López de Gómara en 1551 dan otros motivos para la expedición. Una vez dicho esto, transcurridos los años y llegados a nuestra época, la leyenda está tan asentada que resulta una empresa imposible separar a Juan Ponce de León de la búsqueda de la Fuente de la Eterna Juventud.
El 15 de marzo de 1513, Ponce de León dejó San Juan de Puerto Rico y navegó más allá de las Bahamas hasta alcanzar una tierra desconocida cuya costa se extendía hacia el norte. Llamó al nuevo país descubierto Tierra de la Pascua Florida pues en esas fechas se celebraba el Domingo de Resurrección. Con el paso del tiempo el nombre se acortó y ha llegado a nuestros días como Florida.
Unos días más tarde, concretamente el 2 de abril, desembarcó cerca del actual Cabo Cañaveral, que debe su nombre a otro explorador español llamado Francisco Gordillo. Además, durante el viaje su experto piloto Antón de Alaminos se dio cuenta de que si se alejaba de la línea de la costa una fuerte corriente los arrastraba mar adentro, descubriendo de esta manera la Corriente del Golfo que en el futuro ayudaría a los galeones de las Indias a regresar a España.
Tras estos importantísimos descubrimientos, su vida continuó repleta de aventuras. Consiguió el favor y apoyo de la Corte para llevar adelante una misión colonizadora que incorporase nuevas tierras a la Corona española y, aunque no encontró la Fuente de la Eterna Juventud, su huella en los actuales EEUU, junto con la de otros muchos marinos y exploradores españoles, es imborrable. Como dato significativo, la bandera española ha ondeado más tiempo en el territorio que hoy es Estados Unidos que la propia enseña de las barras y estrellas.
Para terminar, os dejo unos datos técnicos de la primera exploración que constaba de tres barcos, con la esperanza de que despierte vuestra curiosidad sobre las grandes figuras españolas involucradas en la conquista de América:
- La carabela Santiago capitaneada por Diego Bermúdez y cuyo piloto era Antón de Alaminos.
- La carabela/nao Santa María de la Consolación capitaneada por el vizcaíno Juan Bono de Quejo.
- El bergantín San Cristóbal (el más pequeño de los tres) capitaneado por el vasco Juan Pérez de Ortubia y que estuvo perdido durante un breve lapso.
Por último, quiero recordaros que cuando visitéis Exponav no os olvidéis de echarle un ojo a las réplicas de las carabelas del primer viaje de Cristóbal Colón!
Lo felicito Sr. Por tan clara corta, pero profunda historia. Ojalá que sirva de ejemplo a esos mequetrefes, que se gasta Google y Youtube.
gracias Lorenzo¡